Sequía en Santiago del Estero: arranca la cosecha gruesa con los peores rindes en siete años


La campaña agrícola 2024/25 en Santiago del Estero comenzó bajo un panorama sombrío por la sequía. A pesar de que la cosecha gruesa recién se pone en marcha, los primeros relevamientos indican que será una de las peores de los últimos años. Según un informe de la Bolsa de Cereales de Córdoba (Bccba), la provincia experimentará los rindes más bajos en soja, maíz y sorgo desde que la entidad lleva registros. La sequía y las altas temperaturas durante febrero y marzo dejaron una marca profunda en los cultivos, afectando su desarrollo en momentos clave.

“El estrés térmico y la escasez hídrica durante febrero y marzo dejaron una fuerte huella”, sostiene el informe. En concreto, los rindes de soja caerían un 11% en comparación al año pasado, mientras que el maíz sufriría una baja del 57% y el sorgo, del 37%. Si se compara con los promedios históricos de la provincia, los números son aún más desalentadores: -11% para soja, -77% para maíz y -75% para sorgo.

El poroto es la única excepción en este escenario: mostró una leve recuperación interanual en su producción. Sin embargo, la situación general es crítica y se espera que los cereales presenten sus peores volúmenes en varias campañas. Con la cosecha recién iniciada, todavía hay margen para que algunas lluvias moderen el impacto, aunque los pronósticos no son alentadores.

Santiago del Estero, Sequía

Impacto de la sequía: daños generalizados

Las condiciones climáticas adversas afectaron todas las etapas clave del ciclo productivo: floración, polinización y llenado de granos. Esto ha sido particularmente evidente en departamentos del norte de la provincia como Alberdi, Moreno y Pellegrini, donde se reportaron superficies completamente perdidas.

En el caso de la soja, más del 50% de los lotes ya transitan el inicio de madurez, pero parte de los cultivos aún en período crítico muestra síntomas severos de estrés. En el sorgo, la combinación de fechas de siembra tardías y sequía durante el panojamiento derivó en lotes desparejos y bajos rindes.

Las precipitaciones durante febrero y marzo estuvieron muy por debajo del promedio histórico, especialmente en zonas como Jiménez y Río Hondo. Esta escasez de agua no solo afectó el rendimiento actual, sino que también amenaza con dejar el perfil de humedad del suelo deficitario para la siembra de invierno.

La situación es tal que el porcentaje de lotes en condición regular a mala aumentó más de 30 puntos porcentuales en sorgo respecto a marzo. En soja se observó una leve mejora y en maíz, la condición se mantuvo estable, aunque sin señales claras de recuperación.

Desde la Bolsa cordobesa advirtieron que, aunque la cosecha avanza lentamente, las precipitaciones en las próximas semanas serán determinantes para el ritmo de recolección. Los pronósticos para Santiago del Estero anticipan lluvias escasas y temperaturas dentro del rango normal. Si no se revierte esta situación, el llenado de granos de cultivos estivales tardíos podría verse comprometido y quedarían pocas reservas hídricas para los cultivos de invierno.

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Sanidad: estable, pero con plagas presentes

En este difícil contexto, al menos la sanidad de los cultivos se mantiene bajo control. En soja, se reportaron niveles medios de plagas como picudo negro, trips, arañuela y oruga medidora, además de enfermedades de fin de ciclo como tizón de la hoja y mancha púrpura de la semilla. Las chinches, por su parte, aparecen con baja incidencia.

En maíz, la aparición tardía de la chicharrita y el bajo impacto del complejo del achaparramiento traen cierto alivio. Las orugas defoliadoras (Spodoptera frugiperda y Helicoverpa zea) se registran con incidencia media tanto en maíz como en sorgo, donde además se destaca la presencia de pulgón amarillo.

En resumen, Santiago del Estero enfrenta una campaña marcada por la adversidad climática, con pérdidas significativas en cereales y una cosecha que comienza con más incertidumbre que certezas. La falta de lluvias amenaza no solo la producción actual, sino también la preparación para el próximo ciclo agrícola.