Innovación del INTA: un sensor solar que transforma la gestión del agua en el agro


El manejo eficiente del agua se ha convertido en uno de los grandes desafíos de la producción agropecuaria moderna. En ese contexto, un grupo de investigadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) presentó una innovación que promete cambiar las reglas del juego: un sensor solar inteligente y autónomo que monitorea de forma continua los niveles de agua superficial y subterránea, enviando los datos directamente al celular del usuario.

El nuevo desarrollo, impulsado por el Instituto de Ingeniería Rural y el Instituto de Clima y Agua del INTA, combina tecnología solar, sensores de alta precisión y conectividad celular y Bluetooth. Su diseño compacto y su funcionamiento independiente lo convierten en una herramienta clave para optimizar el riego, anticipar fenómenos climáticos extremos y planificar el uso del agua en establecimientos agrícolas y ganaderos.

Tecnología nacional con autonomía total

El equipo integra un sensor solar hidrostático de presión que mide la columna de agua y un sistema propio de control, almacenamiento y transmisión de datos, con microcontrolador, memoria interna, energía solar y módulo GPS”, explicó Nicolás Clemares, investigador del INTA Castelar y uno de los responsables del proyecto.

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Según el especialista, el sensor solar registra los niveles de agua con una exactitud de ±0,5% y envía la información mediante mensajes SMS con reportes diarios, alertas y configuraciones personalizadas. Además, puede conectarse vía Bluetooth para descargas completas de datos o ajustes específicos.

Clemares destacó que su autonomía y simplicidad “permiten que cualquier productor lo utilice sin necesidad de infraestructura compleja ni mantenimiento constante”, una ventaja crucial en zonas rurales alejadas o con conectividad limitada.

Una herramienta versátil para el campo

El sensor solar puede desempeñar dos funciones principales. Como limnímetro, mide la altura de ríos, canales, represas o reservorios, generando alertas tempranas ante posibles crecidas. Como freatímetro, se instala en pozos o perforaciones para monitorear el nivel del agua subterránea, lo que permite ajustar el riego, seleccionar cultivos o evaluar el estado de los acuíferos.

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Su aplicación práctica va desde el monitoreo de reservorios hasta la planificación de la carga animal”, señaló Sofía Havrylenko, investigadora del Instituto de Clima y Agua del INTA. “No mide caudales ni calidad del agua, sino niveles, pero con una precisión que permite tomar decisiones productivas basadas en evidencia”.

Esta capacidad de adaptación convierte al sensor solar en una herramienta multifuncional tanto para explotaciones agrícolas intensivas como para sistemas ganaderos extensivos, donde la disponibilidad de agua marca el ritmo de la actividad.

Impacto regional y proyección futura

Más allá del beneficio directo para cada establecimiento, el nuevo sensor solar del INTA podría integrarse a redes de monitoreo regionales para fortalecer la gestión de cuencas y el diseño de políticas públicas sobre el uso del agua. Los investigadores sostienen que disponer de información en tiempo real y georreferenciada ayuda a anticipar escenarios de escasez o exceso hídrico y a mejorar la coordinación entre productores y organismos de control.

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Queremos conectar ciencia y producción, y ofrecer soluciones que generen impacto real en el territorio”, sostuvo Havrylenko. “Esta tecnología ya está lista para implementarse en establecimientos agropecuarios y proyectos de manejo hídrico sostenible.”

Hacia una agricultura más eficiente y resiliente

El desarrollo se enmarca en la estrategia del INTA de impulsar tecnologías abiertas y de bajo costo que faciliten la digitalización del agro argentino. Al funcionar con energía solar y transmitir información de manera remota, el sensor reduce costos operativos y aporta datos confiables para una agricultura más sustentable y basada en evidencia.

Con este avance, el INTA vuelve a posicionarse como referente regional en innovación aplicada al campo. Su sensor solar inteligente no solo moderniza la gestión del agua, sino que también representa un paso firme hacia una producción más eficiente, adaptable al cambio climático y comprometida con el cuidado del ambiente.