Nuevo mapa del Senado: La Libertad Avanza suma poder y el kirchnerismo retiene la primera minoría
El Senado de la Nación renovará un tercio de sus bancas el próximo 10 de diciembre, y el nuevo escenario político dejará a La Libertad Avanza (LLA) como una fuerza reforzada, aunque aún lejos de alcanzar el quórum propio. Con 20 senadores libertarios, el oficialismo consigue un bloque más sólido que el actual, pero deberá negociar con aliados para alcanzar el “tercio bloqueador” que le permita frenar iniciativas de la oposición.
El kirchnerismo, por su parte, sufrirá una baja de 34 a 28 legisladores, aunque conservará la primera minoría, mientras que el PRO, la UCR y Provincias Unidas registran caídas en su representación. El equilibrio de fuerzas abre un escenario de alta fragmentación y obliga al Gobierno a desplegar una estrategia de alianzas más amplia para poder avanzar con su agenda legislativa.
Un Senado más dividido
Los resultados de las elecciones legislativas del domingo dejaron un Senado más equilibrado, pero también más incierto. Aunque La Libertad Avanza logró una importante expansión territorial, el bloque libertario no alcanza por sí solo las cifras clave: necesita al menos 25 bancas para impedir la insistencia de leyes vetadas por el Ejecutivo y 37 para alcanzar el quórum.
Aun así, el salto desde los pocos escaños originales a los 20 actuales representa un avance político considerable. Con el respaldo electoral obtenido a nivel nacional, Milei contará con mayor peso parlamentario para impulsar las reformas estructurales que prometió en campaña, aunque el desafío será construir consensos en una cámara históricamente más conservadora en sus movimientos.

El kirchnerismo, en repliegue pero con poder
El bloque que responde a Fuerza Patria (ex Frente de Todos) experimentará una merma significativa en el Senado: de 34 senadores bajará a 28, perdiendo presencia en varias provincias donde La Libertad Avanza capitalizó el voto opositor al peronismo tradicional.
Sin embargo, mantendrá la primera minoría, una posición clave en la dinámica legislativa. El kirchnerismo conservará, además, la capacidad de negociación en la designación de autoridades, el reparto de comisiones y el control de sectores estratégicos dentro del Congreso.
Analistas parlamentarios advierten que el peronismo intentará “construir un bloque de contención”, sumando aliados provinciales y algunos legisladores sueltos, para contrapesar la avanzada libertaria en la Cámara alta.

UCR, PRO y Provincias Unidas: un retroceso general
Las fuerzas tradicionales sufrieron un retroceso. El PRO, que había alcanzado protagonismo durante la última década, quedará reducido a menos de la mitad de sus bancas, mientras que la UCR experimentará una pérdida similar. Ambos espacios deberán redefinir su rol dentro del Congreso: o bien como aliados críticos del oficialismo, o como oposición moderada con capacidad de negociación puntual.
Por su parte, el interbloque Provincias Unidas, que solía actuar como árbitro entre los bloques grandes, también se debilita, pasando de 18 a 17 senadores. Su capacidad de incidir en las votaciones clave dependerá de la cohesión interna y de las alianzas que logre tejer con otros sectores.
Villarruel y las tensiones internas
Otro foco de atención estará puesto en la vicepresidenta y titular del Senado, Victoria Villarruel, cuya conducción ha sido objeto de debate dentro del propio oficialismo. En el entorno presidencial reconocen que su desempeño ha sido “errático en lo político y comunicacional”, y que será necesario definir cómo se reorganizará el manejo de la Cámara.

Dentro de La Libertad Avanza también se anticipa una “mini batalla interna” por los espacios de poder. Algunos legisladores que no participaron activamente en la campaña de Milei ya hicieron saber su malestar por el reparto de lugares estratégicos y anticipan tensiones en la conformación de comisiones.
Un Senado en reconfiguración
En definitiva, el nuevo mapa político del Senado muestra una redistribución del poder que obligará al Gobierno a ejercer un liderazgo más negociador. Con 20 senadores propios, Milei da un paso firme hacia una estructura parlamentaria más sólida, aunque no autosuficiente.
El kirchnerismo se mantiene como primera minoría, pero con menos margen de maniobra. Las fuerzas tradicionales, debilitadas, deberán redefinir su identidad y estrategia.
