Preocupan los brotes de sarna ovina en la Patagonia y reclaman mayor intervención del SENASA
El panorama sanitario de la ganadería argentina suma un nuevo foco de conflicto. A los debates por la vacunación contra la fiebre aftosa y las alarmas por la garrapata bovina en el NEA, ahora se agrega un frente que inquieta particularmente al sur del país: los brotes de sarna ovina detectados en distintos puntos de la Patagonia. La advertencia llegó este fin de semana de la mano del presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Carlos Castagnani, durante el 50º Aniversario de la Sociedad Rural de Lago Argentino, en Santa Cruz.
El dirigente remarcó que la situación de la sarna ovina requiere de una intervención urgente y coordinada del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) para evitar una expansión mayor del problema. Según afirmó, el 2025 ya queda marcado como uno de los años con más complicaciones sanitarias para el sector agropecuario.
La sarna ovina, un drama regional en expansión
Castagnani alertó sobre la proliferación de la sarna ovina en Río Negro y Chubut, donde se confirmaron brotes que preocupan al sector. Si bien la enfermedad todavía no llegó a Santa Cruz, el titular de CRA insistió en que es vital reforzar la vigilancia sanitaria para impedir su avance.
La sarna ovina, altamente contagiosa, afecta la piel de los animales y genera pérdidas productivas significativas. Pero el punto crítico, según Castagnani, está en la falta de herramientas para combatirla: “Hoy no contamos con productos veterinarios realmente eficaces para la erradicación de la sarna ovina. SENASA debe atender con urgencia este problema”, reclamó.

La advertencia no es menor: la región patagónica sostiene gran parte de la producción ovina del país y cualquier contratiempo sanitario puede impactar no solo en la economía local sino también en la cadena exportadora.
La barrera sanitaria y el debate por la aftosa
El planteo sobre la sarna ovina ocurre en paralelo a otro tema sensible que mantiene en alerta a los productores patagónicos: el levantamiento de la barrera sanitaria del Río Colorado, que separa las zonas libres de aftosa con y sin vacunación.
Castagnani valoró la reacción conjunta de los gobiernos patagónicos frente a una medida que, según afirmó, podría poner en riesgo el comercio internacional de carne ovina, especialmente con mercados de alto valor. “Fue una decisión que solo benefició a algunos pocos industriales y no trajo mejoras ni para productores ni para consumidores”, lamentó el presidente de CRA.

Guanacos y tucuras: otras presiones sobre el sistema productivo
Dentro del mismo mapa sanitario, Castagnani también se refirió a un segundo problema que lleva años afectando a los campos patagónicos: el crecimiento descontrolado de la población de guanacos. Si bien valoró la descentralización de decisiones hacia las provincias, advirtió que la alta tasa de reproducción sigue deteriorando los pastizales y generando conflictos crecientes con la actividad ovina. “El problema no es el guanaco, sino la cantidad de guanacos”, subrayó.
A esto se suma un cuarto frente: los brotes de tucuras que, si bien son parte del paisaje patagónico desde hace décadas, hoy muestran niveles que Castagnani calificó como “insostenibles”. Por ello, pidió que las autoridades nacionales y provinciales dispongan los recursos necesarios para un plan integral de control.

CRA en Santa Cruz: valor agregado, trabajo rural y reclamos pendientes
En su visita a Lago Argentino, Castagnani destacó el paso histórico dado por la Sociedad Rural local con la compra de un lavadero y peinaduría de lanas, una apuesta para avanzar en la comercialización con mayor valor agregado y fortalecer la cadena ovina regional.
En el plano laboral, resaltó avances en la Comisión Nacional de Trabajo Agrario (CNTA), especialmente la incorporación de la categoría de peón rural en la CAR11, aunque aclaró que aún falta el reconocimiento pleno de la UATRE regional, clave para consolidar un esquema justo y adaptado a la realidad patagónica.
También reiteró el pedido para revisar el recargo por zona desfavorable del 20%, un costo que —según CRA— castiga desproporcionadamente a los productores del sur. “Trabajamos para que esta alícuota pueda compensarse con impuestos”, afirmó.
