Carboxamidas: la tecnología que define la sanidad del trigo en una campaña de alto potencial
La campaña de trigo en el centro-norte de Santa Fe y el centro de Córdoba transita un escenario inusual: un alto potencial de rendimiento, impulsado por una excelente oferta hídrica, pero acompañado por una presión sanitaria severa, especialmente de royas y manchas foliares. En este contexto, especialistas advierten que la elección y el momento de aplicación de fungicidas serán decisivos para proteger la inversión ya realizada por los productores.
Potencial alto, pero con un riesgo sanitario creciente
Según la Ing. Agr. Florencia Magliano —investigadora del Centro de Sanidad Sillon y Asociados y docente de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNL— la campaña de trigo se perfila para rindes muy competitivos. En lotes bien nutridos, las estimaciones se ubican entre 4.000 y 4.500 kilos por hectárea, un valor que responde al rápido crecimiento foliar, el cierre temprano del surco y la respuesta positiva a la fertilización.
Las condiciones de humedad fueron excepcionales durante gran parte del ciclo: lluvias recurrentes en junio, julio y agosto generaron un ambiente propicio para el desarrollo del cultivo, pero también para la aparición temprana de enfermedades.

Entre los primeros problemas detectados en el trigo apareció la mancha amarilla, favorecida por la presencia de rastrojo y semilla infectada. Aunque el cultivo mostró vigor, la enfermedad avanzó en el tercio inferior de las plantas.
De manera paralela, la roya amarilla o estriada (Puccinia striiformis) se manifestó desde macollaje. Su umbral de intervención es extremadamente bajo: con solo 1% de incidencia ya se considera necesaria la aplicación. Se trata de un patógeno altamente policíclico, capaz de producir hasta 3.000 esporas por pústula por día, lo que explica la velocidad de avance en períodos húmedos.
En las últimas semanas, también se registraron casos de roya del tallo, considerada la más destructiva porque compromete el flujo de fotoasimilados y debilita la estructura de la planta, incrementando el riesgo de quebrado ante vientos o granizo.
Magliano remarca que, en ausencia de controles oportunos, las pérdidas pueden ser “catastróficas”. Ensayos realizados en Santa Fe mostraron testigos sin tratamiento con rendimientos de apenas 500 a 600 kg/ha, mientras que lotes con una o dos aplicaciones adecuadas alcanzaron 3.500 kg/ha en la misma región. “La brecha de rendimiento demuestra el impacto directo de la sanidad sobre el potencial del cultivo”, señaló.

Carboxamidas: la herramienta que cambia la estrategia sanitaria
Frente a la agresividad de las royas y el avance de la mancha amarilla en el trigo, Magliano destaca la importancia de tecnologías fungicidas avanzadas, especialmente las carboxamidas, entre ellas INDIFLIN (Impirfluxam), presente en productos como Excalia Max.
Este grupo químico ofrece un amplio espectro de control en el trigo, actuando tanto sobre patógenos necrótrofos —como manchas foliares— como sobre patógenos biótrofos, incluyendo las tres royas del trigo. A diferencia de los triazoles solos, su acción es mayormente preventiva, lo que impone un cambio de enfoque en el manejo sanitario.
Un punto clave es su residualidad extendida, que puede durar entre 30 y 40 días, cubriendo el período crítico del llenado de grano, siempre que la aplicación se realice en torno al estadio Z39 (hoja bandera).
En comparación, las mezclas tradicionales de triazoles y estrobilurinas presentan limitaciones: control menos consistente sobre mancha amarilla y respuestas variables frente a roya de la hoja.

Manejo responsable y decisiones estratégicas
Magliano subraya que la eficacia de las carboxamidas depende de un uso responsable. Son productos que deben aplicarse temprano, respetando los umbrales: entre 25 y 30% de incidencia para mancha amarilla, y detección inmediata para roya amarilla.
Además, recomienda una sola aplicación de carboxamidas por ciclo para evitar resistencia. Cuando se requieren dos tratamientos, la estrategia ideal consiste en utilizar una mezcla tradicional en la aplicación temprana y reservar la carboxamida para hoja bandera, la etapa que define el rendimiento.
Las condiciones ambientales durante la aplicación también son críticas: temperaturas inferiores a 30°C, humedad relativa mayor al 50% y buen control del viento. Un volumen adecuado de caldo y la incorporación de tensioactivos mejoran la cobertura sobre pústulas difíciles de alcanzar.
