Bajo la lluvia, River volvió a hundirse: eliminado de la Copa Argentina


La lluvia no solo cayó sobre Córdoba: también sobre el presente de River, que otra vez se derrumbó cuando más lo necesitaba. En un Mario Kempes empapado y hostil, el conjunto de Marcelo Gallardo quedó eliminado de la Copa Argentina tras perder por penales ante Independiente Rivadavia, un equipo que entendió mejor el partido y se metió en la primera final nacional de su historia.

El diluvio, símbolo perfecto del momento millonario, terminó de arrastrar a un equipo que lleva meses sin encontrar rumbo. River jugó sin convicción, sin chispa y sin jerarquía, y terminó siendo víctima de su propia confusión. La Lepra, con orden y temple, hizo lo que debía: esperar, resistir y golpear en el momento justo.

Sin alma ni reacción

River empezó con algo de intención, pero pronto quedó claro que el agua no era su único obstáculo. La falta de respuestas fue total. Gallardo, inquieto y molesto desde el arranque, gesticuló sin descanso desde el banco, pero nada logró alterar el curso de un equipo desconectado y previsible.

El primer tiempo ofreció poco: un disparo de Quintero al palo, un centro peligroso de Rivero, y una tapada de Centurión ante un remate de Acuña fueron lo más rescatable. Con el correr de los minutos, River perdió claridad, profundidad y actitud.

En el complemento, el temporal empeoró y el campo se volvió un pantano. Lo curioso fue que Independiente Rivadavia se sintió más cómodo en el barro. Con el empuje de Studer y los piques de Villa, empezó a ganar confianza y a complicar a un rival que nunca supo adaptarse a las condiciones del juego.

Gallardo, sin respuestas

El técnico probó variantes, pero ninguna funcionó. Driussi y Salas debieron salir lesionados y Juanfer Quintero volvió a ser reemplazado en medio del fastidio. Gallardo mandó a la cancha al juvenil Cristian Jaime, que fue de los pocos que mostró rebeldía en una noche de inercia generalizada.

Ni Colidio, ni Borja, ni Galoppo pudieron gravitar. El ataque fue un cúmulo de intentos fallidos y pases sin destino. La sensación era clara: River no solo perdió fútbol, también perdió carácter. Y cuando el partido pedía actitud, apenas ofreció resignación.

Villa, Independiente Rivadavia

El drama de los penales

El empate 0-0 condujo la definición al punto penal, donde se impuso la frialdad mendocina. Borja y Colidio fallaron sus disparos, Armani no logró contener ninguno, y el cierre quedó en los pies de Sebastián Villa, quien con una ejecución perfecta marcó el 4-3 final.

El colombiano, ex Boca, volvió a convertirse en pesadilla para River. Mientras los jugadores de la Lepra celebraban bajo la lluvia su clasificación histórica, los del Millonario caminaban en silencio, sabiendo que habían desperdiciado otro objetivo.

El contraste fue brutal: un equipo lleno de nombres y otro repleto de convicción. Independiente Rivadavia jugará por el primer título nacional de su historia, y lo hará después de eliminar a uno de los gigantes del fútbol argentino.

River, Independiente Rivadavia, Copa Argentina

Un golpe que duele por todos lados

El impacto de la derrota va más allá de la Copa. River perdió la oportunidad de acceder a la próxima Copa Libertadores por medio de la Copa Argentina, algo que complica su planificación y aumenta la presión sobre Gallardo, quien atraviesa su momento más incómodo desde su regreso al club.

El DT reconoció que “el equipo no logra sostener la intensidad ni la personalidad en los partidos decisivos”. Es una constante en este 2025: los tropiezos se repiten, las reacciones no llegan y el desgaste empieza a notarse en el ambiente.

Ahora, con el Clausura en la recta final y un Superclásico en el horizonte, River se queda con una sola bala para intentar salvar el año. Aunque, a juzgar por su presente, parece un equipo que se dispara solo en los pies.