Retenciones: el Gobierno busca captar U$S 7.000 millones del agro para frenar la presión cambiaria


El Gobierno nacional dio un nuevo paso en su estrategia económica al disponer la eliminación temporal de las retenciones para granos, subproductos y carnes. La medida, oficializada este lunes a través del Decreto 682/2025, fija en 0% la alícuota del Derecho de Exportación para una amplia gama de mercaderías, con vigencia hasta el 31 de octubre de 2025 o hasta alcanzar un volumen de exportaciones equivalente a U$S 7.000 millones, lo que ocurra primero.

Ese monto es el verdadero corazón de la medida: se trata de la cifra que la Casa Rosada espera obtener del sector agroexportador en el corto plazo para fortalecer la oferta de divisas y contener la escalada del dólar, que a fines de la semana pasada superó los $1.500 en el mercado paralelo.

Una meta clara y un plazo definido

El artículo 1° del decreto establece con precisión los límites de la decisión para las retenciones: “Fíjase en 0% la alícuota del Derecho de Exportación (…) hasta el 31 de octubre de 2025, inclusive, o hasta la finalización del día en que se alcance la suma de registraciones de Declaraciones Juradas de Venta al Exterior (DJVE) por un importe equivalente a U$S 7.000 millones, lo que ocurra primero”.

De esta manera, el beneficio de las retenciones tiene carácter transitorio y condicionado. El Ejecutivo no busca modificar de manera permanente el esquema tributario, sino generar un shock exportador inmediato que garantice el ingreso rápido de dólares.

En ese sentido, el decreto también ratifica que quienes concreten DJVE en este período deberán ingresar las divisas en un plazo máximo de tres días hábiles, con el objetivo de que la liquidez impacte sin demoras en el mercado de cambios.

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Los fundamentos oficiales

La norma se apoya en antecedentes recientes. El texto recuerda que en los últimos meses ya se aplicaron reducciones o eliminaciones de DEX para economías regionales, lácteos, porcinos y otras producciones agroindustriales mediante los decretos 697/24, 38/25, 439/25 y 526/25.

Según el Gobierno, esas medidas resultaron positivas: “promovieron el agregado de valor, el desarrollo exportador y la competitividad de cadenas productivas estratégicas para el país” y generaron un aumento en las exportaciones de los productos involucrados.

El nuevo paso busca ampliar ese efecto al conjunto de la agroindustria, principal fuente de divisas de la Argentina. El sector, remarcan, genera exportaciones por aproximadamente U$S 48.000 millones anuales, de los cuales los granos representan la mitad.

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El contexto del agro y las retenciones

El momento elegido no es casual. Las estadísticas oficiales muestran que las exportaciones de trigo crecieron un 31% en los primeros siete meses del año; las de girasol, un 25%; el aceite de soja, un 6%; y el maíz, un 3%. La idea es aprovechar ese repunte para acelerar las registraciones y garantizar el flujo de divisas.

En los considerandos, el Poder Ejecutivo reconoce además que las retenciones constituyen un “impuesto distorsivo” que desalienta la producción y la competitividad. En línea con el discurso liberal de Javier Milei, el texto afirma que “en la medida en que el ordenamiento fiscal lo permita, deben ser reducidas hasta que puedan ser eliminadas en su totalidad”.

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Foto: Sociedad Rural Argentina

Una señal política y económica

Más allá del impacto en el agro, la decisión de las retenciones busca enviar un mensaje hacia varios frentes. En el plano interno, intenta generar alivio en el sector productivo más dinámico de la economía y, al mismo tiempo, mostrar que el Gobierno responde a las turbulencias reduciendo impuestos y no incrementándolos, como remarcó el vocero presidencial Manuel Adorni.

En el plano externo, la medida se alinea con estándares internacionales de apertura comercial y busca reforzar la confianza de los mercados en la capacidad de Argentina para cumplir con sus compromisos financieros.

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Expectativas e incertidumbre

El éxito de la iniciativa dependerá de que el sector agroexportador registre operaciones por el volumen esperado en el corto plazo. Si se alcanzan rápidamente los U$S 7.000 millones, el beneficio quedará sin efecto antes del 31 de octubre.

De cumplirse la meta, el Gobierno lograría un alivio temporario en el frente cambiario, aunque la incógnita se traslada a lo que sucederá después de esa fecha.

En síntesis, la eliminación de retenciones es un movimiento táctico que persigue un objetivo concreto: garantizar dólares en un momento de tensión cambiaria. Para el agro, representa una oportunidad de mejorar márgenes en un contexto global competitivo; para el Gobierno, una apuesta para sostener la estabilidad en un escenario económico aún frágil.