Retenciones 2025: el golpe silencioso que erosiona el margen del productor

El regreso del esquema completo de retenciones en los principales cultivos exportables encendió nuevas alarmas en el sector agropecuario. Un informe conjunto de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos (BOLSACER) y la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) revela con números concretos cómo la medida afecta directamente a los márgenes económicos de la campaña 2024/25 y genera un escenario de alta incertidumbre para el ciclo 2025/26.
Tras una breve vigencia de retenciones reducidas —una medida temporal dispuesta por el Gobierno nacional para incentivar la liquidación de divisas— el retorno a las alícuotas plenas, con un 33% para soja y un 12% para maíz y sorgo, implica una pérdida neta de ingresos para los exportadores. Este descenso se traslada al precio pizarra local, principal referencia de comercialización para los productores.
Según el relevamiento, con precios del 27 de junio y bajo el régimen anterior, los cultivos de soja y maíz mostraban márgenes positivos, siempre y cuando los rindes superaran los promedios históricos. La soja de primera, por ejemplo, arrojaba beneficios de hasta 33 dólares por hectárea. Sin embargo, bajo el nuevo esquema impositivo, ese mismo cultivo pasaría a registrar pérdidas cercanas a 45 dólares por hectárea, en el caso de un productor arrendatario que no haya cerrado precio con anticipación.

El único cultivo que conservaría un margen positivo, aunque mucho más estrecho, sería la soja de segunda, con una reducción de 10 puntos porcentuales en su rentabilidad proyectada. En el caso del maíz, la rentabilidad también se vería afectada, con una caída de 4 puntos porcentuales, aunque manteniéndose en terreno positivo para zonas de buenos rindes.
El escenario más crítico se presenta para el sorgo, que incluso antes de la restitución de retenciones ya proyectaba pérdidas de unos 70 dólares por hectárea. Con el nuevo esquema, se estima que el cultivo sólo evitaría números rojos si su precio trepa a 186 dólares por tonelada, una meta que hoy parece lejana en el mercado internacional.

Mirando al futuro de las retenciones: la campaña 2025/26
Más allá de la coyuntura actual, el informe pone la lupa sobre el impacto de las retenciones en la planificación de la próxima campaña agrícola. Tomando como referencia los rendimientos promedio de los últimos cinco años, el análisis advierte que para que la soja mantenga márgenes positivos, su cotización debería alcanzar los 291 dólares por tonelada. Este valor sería alcanzable sólo en un contexto internacional alcista y con una reducción de retenciones al 20%.
En el caso del maíz y el sorgo, ni siquiera un esquema sin retenciones garantizaría rentabilidad si los precios continúan en sus niveles actuales. Ambos cultivos requieren valores significativamente más altos para cubrir costos y obtener beneficios razonables, lo que deja en evidencia la vulnerabilidad de su ecuación económica.

La delgada línea entre recaudación y sustentabilidad
La reimplantación de las retenciones plenas, si bien busca reforzar las arcas del Estado en un contexto de ajuste fiscal, genera un delicado equilibrio entre ingresos tributarios y viabilidad productiva. En regiones donde los rindes no acompañan o los costos de alquiler son altos, muchos productores podrían operar directamente a pérdida.
Además, la inestabilidad normativa, sumada a los vaivenes climáticos y a una volatilidad creciente en los mercados internacionales, refuerza la sensación de incertidumbre en el agro. “Hoy más que nunca, la sustentabilidad del sistema productivo depende de un marco claro y previsible”, señala el informe.

Mientras tanto, desde el Congreso, productores y representantes del sector siguen reclamando por un tratamiento más equitativo del tema. Las retenciones vuelven a colocarse en el centro del debate, no solo como una herramienta fiscal, sino como un factor clave que puede definir el rumbo de una campaña y la continuidad de miles de explotaciones agropecuarias en todo el país.