Crean una red de inteligencia artificial agronómica para transformar la toma de decisiones en el campo
La agricultura global enfrenta un desafío sin precedentes: alimentar a una población que crecerá entre 1.000 y 1.500 millones de personas en los próximos 25 años. Para cumplir con esa demanda, la FAO estima que la producción mundial de alimentos deberá aumentar alrededor de un 3% anual, una meta difícil sin herramientas capaces de optimizar recursos y anticipar problemas. En este escenario, la Inteligencia Artificial (IA) se posiciona como una tecnología estratégica para una producción más eficiente, sustentable y resiliente.
En la Argentina, el INTA dio un paso decisivo en esa dirección al sellar una alianza estratégica con Crucianelli y Leaf Agrotronics para conformar una red inteligente que integre ciencia de datos e Internet de las Cosas (IoT) en el sector agropecuario. El objetivo es claro: transformar el modo en que se generan, procesan y utilizan los datos en el campo, convirtiendo la información en decisiones precisas y de impacto productivo.
Hernán Ferrari, técnico del INTA y uno de los impulsores del convenio, sintetiza el espíritu del acuerdo con una frase que ya circula en el ambiente técnico: “La Inteligencia Artificial no reemplazará al ingeniero agrónomo, pero el agrónomo que sepa usar IA reemplazará al que no la use”. La afirmación refleja un cambio de paradigma que avanza rápido: el paso del manejo empírico hacia sistemas predictivos basados en datos, capaz de reducir la incertidumbre y aumentar la eficiencia.

Del dato disperso al conocimiento estratégico
La nueva red de inteligencia artificial integrará datos provenientes de sensores, maquinaria, satélites y estaciones meteorológicas para vincular variables de suelo, clima y manejo. De esa interacción surgirán modelos predictivos y recomendaciones automatizadas que orientarán decisiones clave como la siembra, la fertilización, el control de malezas y la gestión del agua.
“Necesitamos un plan B que ya está en marcha y tiene nombre: Inteligencia Artificial aplicada al agro”, destacó Ferrari al presentar la iniciativa. En su visión, el dato deja de ser un recurso subutilizado para convertirse en un insumo estratégico con valor económico. “El campo del futuro será un sistema vivo que aprende. Las máquinas ya no solo trabajarán, sino que entenderán lo que hacen”, explicó.
La incorporación de inteligencia artificial permitiría anticipar eventos climáticos extremos, reducir desperdicios, planificar de manera más eficiente y minimizar el impacto ambiental. En un contexto de sequías más frecuentes, costos crecientes y nuevas demandas de sustentabilidad, la capacidad de predecir escenarios es un diferencial competitivo.

Argentina, un actor tecnológico en ascenso
Lejos de ser un territorio alejado de la innovación, Argentina ya ocupa el 11° lugar en el ranking global de desarrollo de tecnología agrícola, un dato que Ferrari destaca como evidencia del potencial local. Ese posicionamiento se explica por la interacción virtuosa entre tres actores claves: la ciencia aplicada, la industria nacional y un sector productivo que incorpora tecnología a gran velocidad.
“Tenemos capacidad científica, industria nacional y productores tecnificados. Solo falta animarnos a escalar”, señaló el especialista. Según él, la oportunidad del país no se limita al abastecimiento alimentario: “Si adoptamos plenamente estas herramientas, no solo podremos alimentar al mundo, sino también generar bioenergía y nuevos productos verdes”.

Una agricultura que aprende
La visión del proyecto es una agricultura conectada, consciente y regenerativa, donde el flujo constante de información permita equilibrar productividad y salud del suelo. La inteligencia artificial, lejos de ser un fin en sí mismo, aparece como un medio para diseñar sistemas más inteligentes y sostenibles.
“La agricultura del futuro no dependerá solo del clima o de la genética, sino de nuestra capacidad de integrar conocimiento, tecnología y propósito. Y ese propósito es simple y poderoso: asegurar que cada chico, en cualquier rincón del planeta, tenga su plato de comida”, expresó Ferrari.
La alianza entre INTA, Crucianelli y Leaf Agrotronics marca un punto de inflexión para el agro argentino. Representa no solo un avance tecnológico, sino también una declaración de principios: el futuro del campo dependerá de la capacidad de generar y usar información de manera estratégica. En la era del dato, aprender a integrar la inteligencia artificial será tan importante como producir. Y para los protagonistas, el camino ya comenzó.
