Tigre lo dio vuelta en Avellaneda y Racing sumó otro golpe antes de la Libertadores

En un Cilindro encendido por la tensión, Racing volvió a sufrir una derrota que deja secuelas. Esta vez fue ante Tigre, que se impuso 2-1 sobre el final, por la quinta fecha del Torneo Clausura. “La Academia” ganaba con un golazo de Adrián Balboa, pero una vez más se desdibujó tras la expulsión de un jugador y un polémico penal sancionado vía VAR. Braian Martínez igualó desde los doce pasos, e Ignacio Russo selló la remontada para el “Matador”. Racing no solo perdió el partido: igualó su peor arranque como local en la historia y llega golpeado al decisivo duelo del martes ante Peñarol por la Copa Libertadores.
El equipo de Gustavo Costas tuvo un buen primer tiempo, donde mostró iniciativa y se puso en ventaja con una gran jugada individual de Balboa, que sacó un potente remate desde afuera del área y marcó un verdadero golazo para el 1-0. Sin embargo, como viene ocurriendo en este torneo, la estabilidad le duró poco.
A los 61 minutos, Franco Pardo vio la segunda amarilla y dejó a su equipo con diez hombres. Desde entonces, Racing retrocedió y Tigre fue ganando terreno. Gabriel Arias se convirtió en figura con varias intervenciones, pero el cierre del partido traería una vez más polémica y descontrol.
Penal vía VAR y escándalo en el final
A los 83 minutos, tras una sujeción de Gabriel Rojas sobre Alfio Oviedo en el área, el VAR llamó al árbitro Darío Herrera para revisar la acción. Tras observar las imágenes, el juez cobró penal para Tigre. La decisión desató la furia en el banco de suplentes de Racing, que estalló de bronca. Gustavo Costas, visiblemente desencajado, volvió a ser expulsado tras gritarle “¡ladrón!” al árbitro.
La tensión en el Cilindro recordó lo ocurrido en la primera fecha ante Barracas Central, también con un final polémico, y se sumó al malestar acumulado tras el discutido arbitraje de Nicolás Ramírez frente a Boca en La Bombonera. La sensación de sentirse perjudicados se intensificó, y Tigre lo aprovechó a la perfección.
Braian Martínez convirtió el penal en gol y puso el 1-1. Racing no logró reaccionar, y Tigre aprovechó el desconcierto: a los 90 minutos, Ignacio Russo apareció dentro del área para anotar el 2-1 definitivo.
Récord negativo y clima enrarecido
La caída ante Tigre fue la tercera consecutiva de Racing como local en este torneo, una marca inédita en su historia. Nunca antes había perdido los tres primeros partidos en casa en el inicio de un certamen. Hoy, el equipo de Avellaneda marcha 13° en su grupo, con apenas cuatro puntos, y se encuentra lejos de los puestos de clasificación a la Copa Libertadores en la tabla anual.

En este contexto de desconcierto deportivo, Racing deberá jugar el martes la revancha de los octavos de final de la Copa Libertadores ante Peñarol, en Montevideo, con la necesidad de revertir la derrota 1-0 sufrida en la ida. La presión es máxima y el equipo no parece llegar en su mejor momento.
Del otro lado, Tigre se llevó un premio grande: tres puntos vitales en una cancha difícil, y un golpe anímico positivo tras un comienzo irregular. Con paciencia, aprovechó el hombre de más, el desconcierto rival y la eficacia en los momentos clave. Ahora se prepara para recibir a Independiente Rivadavia, con la esperanza de escalar en la tabla.
¿Qué le pasa a Racing?
Entre fallos arbitrales, rendimientos irregulares y decisiones técnicas cuestionadas, Racing atraviesa un momento complejo. La imagen de Costas fuera de sí se repite, los hinchas empiezan a perder la paciencia, y el martes asoma como una final anticipada. El equipo necesita respuestas urgentes, en la cancha y desde el banco. Porque cuando las formas empiezan a doler más que los goles, el abismo está cerca.