Racing resistió hasta el final, pero un gol en contra lo dejó sin premio en el Maracaná
Por la semifinal de ida de la Copa Libertadores, Racing cayó 1-0 ante Flamengo en el imponente Maracaná, en un partido donde mostró valentía, solidez y una enorme actuación de su arquero Facundo Cambeses. El gol del local llegó sobre el final, en una jugada confusa que terminó con un remate de Jorge Carrascal desviado por Marcos Rojo, descolocando al arquero y sellando el resultado.
El duelo fue una prueba de carácter para la Academia, que pese a la derrota, mantuvo viva la esperanza de definir la serie en casa el próximo miércoles en Avellaneda e ir en busca de la gran final en Lima.
Un primer tiempo de aguante y reflejos de otro planeta
El arranque mostró las intenciones de ambos. Flamengo salió decidido a imponer condiciones desde la posesión y el ritmo, con Carrascal, De Arrascaeta y Araújo moviéndose a toda velocidad por el frente de ataque. Racing, por su parte, intentó no replegarse y sostener su plan de presión alta, aunque pronto la intensidad del local lo empujó hacia su campo.
Ahí emergió la figura de la noche: Cambeses se multiplicó bajo los tres palos, primero con una doble tapada espectacular ante Varela y Pedro, y luego con una volada descomunal que desvió un misil de Carrascal. Cada intervención del arquero parecía desafiar las leyes de la física.
Aun en ese contexto, el equipo argentino tuvo su chance más clara en un córner: Almendra sirvió al primer palo, Solari anticipó y Rossi alcanzó a manotear lo que era el 1-0 visitante. Fue una ráfaga de ilusión que pronto se desvaneció. Flamengo retomó el control y volvió a convertir en figura al guardameta rival.
El local creció y Racing se aferró al cero
Con el correr de los minutos, la presión brasileña se hizo constante. Racing, que había iniciado el encuentro con un bloque medio, se fue replegando cada vez más cerca de su área, apostando al pelotazo directo hacia Maravilla Martínez. Sin embargo, el delantero quedó aislado y la pelota le pasaba por encima a los mediocampistas, que no lograban sostener la posesión.
Martirena sufrió por su sector ante las apariciones de Carrascal, quien fue el más desequilibrante del partido. También De Arrascaeta complicó con su movilidad, apareciendo siempre entre líneas y generando superioridad numérica. Pese a todo, Racing resistió con orden y solidaridad. El cero parecía un premio al esfuerzo colectivo y a la actuación sobrenatural de su arquero.
Incluso el VAR le dio un respiro a los de Costas: Lino marcó el 1-0 parcial, pero el tanto fue anulado por un hombro en posición adelantada, tras una larga revisión. Era la señal de que la suerte acompañaba a la Academia… hasta casi el final.
El desenlace: un rebote cruel y la serie abierta
Cuando el empate parecía sellado, a tres minutos del final llegó el golpe más doloroso. Carrascal volvió a encarar, remató desde afuera del área y la pelota se desvió en Rojo, descolocando a Cambeses. Fue el 1-0 que desató la locura en el Maracaná y la desazón en Racing, que se había aferrado heroicamente al empate.
Pese a la derrota, el resultado deja margen para soñar de cara a la revancha. El conjunto argentino evitó una caída más amplia ante un rival que generó mucho y convirtió poco. El próximo miércoles, en el Cilindro de Avellaneda, Racing necesitará algo más que la inspiración de su arquero: deberá encontrar juego, precisión y contundencia para revertir la historia y meterse en la gran final de la Copa Libertadores 2025. La fe sigue intacta. Porque cuando tenés a un Cambeses en modo superhéroe, todo es posible.
