Racing dio el golpe en La Bombonera y jugará la final del Torneo Clausura
Racing se metió en la final del Torneo Clausura tras vencer a Boca por 1-0 en una Bombonera colmada y tensa. El gol decisivo lo marcó Adrián “Maravilla” Martínez a los 75 minutos, luego de un centro preciso de Gabriel Rojas que el delantero conectó de cabeza ante la atenta mirada de un Agustín Marchesín que nada pudo hacer. Fue la única emoción de un partido friccionado y sin demasiados espacios, pero que la Academia supo aprovechar en el momento justo.
El equipo de Gustavo Costas fue el más insistente y encontró premio a su búsqueda, apoyado en una estructura sólida y un planteo táctico que incomodó a Boca desde el inicio. Con esta victoria, Racing jugará el próximo sábado desde las 21 en el estadio Madre de Ciudades de Santiago del Estero, donde buscará sumar una nueva estrella al fútbol argentino. El rival surgirá del duelo entre Gimnasia y Estudiantes, que se disputará este lunes. La expectativa en Avellaneda es enorme: el equipo llega tras eliminar a River, Tigre y ahora Boca en una campaña que ya es recordada por los hinchas.
Un año inolvidable para el equipo de Gustavo Costas
El Racing de Costas continúa consolidando su identidad. En un 2025 frenético, el club ya celebró la Recopa Sudamericana ante Botafogo y llegó a las semifinales de la Copa Libertadores, un recorrido que revitalizó la mística racinguista. La final del Clausura aparece ahora como una nueva oportunidad para coronar un ciclo lleno de emociones. El plantel se fundió en abrazos en la mitad de la cancha, festejando un triunfo que muchos consideran histórico por el escenario y por el rival.
La Bombonera, caliente y expectante, fue testigo de un encuentro que dejó perplejos a los hinchas locales, que se retiraron entre bronca y desilusión. Boca vuelve a cerrar el año sin títulos y con más dudas que certezas, mientras que Racing celebra a orillas del Riachuelo, soñando con levantar un trofeo local después del traspié internacional. El contraste fue evidente: mientras La 12 mantenía su canto incesante, la Academia disfrutaba de una clasificación trabajada y merecida.

Un Boca sin respuestas y decisiones bajo la lupa
La derrota dejó interrogantes en Boca. La salida de Exequiel Zeballos, el jugador más desequilibrante, fue muy cuestionada por la hinchada, que no comprendió la decisión del técnico Claudio Úbeda. El ingreso de Alan Velasco, con casi dos meses sin minutos oficiales, también generó sorpresa y preocupación. En el cierre, la apuesta por Rodrigo Battaglia para buscar milagros aéreos no alcanzó. El equipo careció de herramientas desde el banco y lo sintió en los momentos clave.
En términos futbolísticos, el primer tiempo estuvo lejos de las expectativas. Boca mostró más agresividad que en partidos recientes, pero careció de elaboración, principalmente porque Leandro Paredes, eje del juego, estuvo siempre vigilado por el sacrificio de Juan Ignacio Nardoni. Racing, por su parte, tuvo ráfagas de buen juego, aunque recién a los veinte minutos comenzó a generar peligro. Almendra tuvo intervención en la jugada más clara, cuando el remate de Nardoni besó el palo y silenció a la Bombonera.
El quiebre del partido y el dominio racinguista
En el complemento, Racing creció. Nardoni se adueñó del mediocampo y el equipo logró mayor fluidez, mientras Boca perdió presencia con la salida de Zeballos. Allí comenzó el dominio académico, que derivó en el gol que definió la semifinal. El desborde de Rojas y el anticipo de Maravilla Martínez sintetizaron la superioridad racinguista, que ya se olfateaba en el desarrollo del juego.
Costas refrescó su equipo pese al desgaste reciente de un alargue y una tanda de penales. La convicción fue la clave: Racing nunca renunció a su idea y terminó imponiéndose con autoridad. Boca, en cambio, quedó envuelto en dudas futbolísticas y decisiones polémicas que marcaron su eliminación.
La Academia jugará la final con el impulso de un triunfo que quedará grabado en su historia reciente, mientras sueña con una nueva consagración.
