Privatizaciones: Javier Milei acelera su agenda de energía, transporte y el retiro del Estado
El Gobierno nacional de Javier Milei avanza con una agresiva agenda de privatizaciones que busca marcar el rumbo económico de la segunda mitad de la gestión de Javier Milei. Con la consigna de “quitar al Estado de la economía”, el Ejecutivo se prepara para concretar el traspaso de activos estratégicos en los sectores de energía y transporte, al tiempo que diseña una segunda ola de licitaciones para 2026.
Las privatizaciones que se vienen
En los despachos oficiales ya circula el listado preliminar de las empresas que podrían pasar a manos privadas total o parcialmente. El objetivo es enviar el plan definitivo al nuevo Congreso en los próximos meses y dar señales de continuidad en el proceso de desregulación y apertura, considerado uno de los pilares del proyecto libertario de privatizaciones.
Mientras tanto, en noviembre se concretarán los primeros pasos visibles para las privatizaciones. Según confirmó el Ministerio de Economía, se avanzará con la licitación de rutas nacionales y cuatro represas hidroeléctricas, marcando el inicio formal del proceso privatizador. El ministro Luis Caputo aseguró que el objetivo es “lograr mayor eficiencia, inversión y calidad de gestión a través del sector privado”, destacando que “el Estado debe dejar de administrar aquello que puede funcionar mejor en manos de los que saben producir y competir”.

La primera de estas privatizaciones a concesiones será la Ruta del Mercosur, un corredor clave para la conexión logística y exportadora del país. Siete empresas presentaron ofertas y se espera que la preadjudicación se otorgue antes de mediados de noviembre. En paralelo, el viernes 7 se conocerán las propuestas para la reprivatización de cuatro represas hidroeléctricas: Alicurá (AES Argentina), El Chocón y Arroyito (Enel), Piedra del Águila (Central Puerto) y Cerros Colorados (Orazul). La operación busca generar ingresos por entre US$500 millones y US$700 millones, cifra que el Gobierno considera un paso relevante en su estrategia de reducción del déficit fiscal.
El plan incluye una segunda etapa de concesiones viales para antes de fin de año, con más de 4.400 kilómetros que actualmente están bajo control de Corredores Viales. El esquema abarca rutas y autopistas clave, entre ellas la Riccheri, Ezeiza-Cañuelas, la 3, 5 y 7, y los accesos a los principales puertos del río Paraná, de gran relevancia para el complejo agroexportador. Una tercera etapa, donde se destaca la ruta 9, se lanzaría en los primeros meses de 2026.
En el sector energético, el Gobierno apunta a reducir progresivamente la presencia estatal. En Enarsa, la privatización se realizará “por unidades”, comenzando con las represas del Comahue. También avanza la venta de la participación estatal en Transener, la principal transportista de energía eléctrica del país, operación que se prevé concretar antes de febrero de 2026.

Otro caso emblemático es AySA, la empresa de agua y saneamiento del AMBA, cuyo proceso de valuación ya está en marcha como paso previo a la venta parcial en la Bolsa. En el área ferroviaria, se estima que el Belgrano Cargas saldrá a licitación entre fines de noviembre y principios de diciembre, con el objetivo de atraer inversión privada para mejorar infraestructura y eficiencia en el transporte de cargas agrícolas.
Por su parte, los nuevos pliegos para operar la Hidrovía Paraná-Paraguay, corredor clave para las exportaciones del agro argentino, estarían listos para licitarse hacia fin de año. En tanto, la privatización parcial de Nucleoeléctrica Argentina, operadora de las centrales Atucha I, II y Embalse, podría concretarse entre fines de 2025 y comienzos de 2026.
El Gobierno también tiene en carpeta otros casos sensibles, como Arsat, Correo Argentino y Aerolíneas Argentinas, que quedaron fuera de la Ley Bases sancionada en julio de 2024, pero que Milei insiste en incluir en la agenda de desestatización.

Aunque los efectos inmediatos del proceso privatizador están por verse, en los sectores productivos —especialmente en el agro y la logística— se sigue con atención la evolución de los proyectos relacionados con infraestructura y transporte, áreas decisivas para la competitividad exportadora.
Con este plan, la Casa Rosada busca mostrar una señal de firmeza hacia los mercados, pero también hacia su electorado, reafirmando que el retiro del Estado de la economía no será solo un lema de campaña, sino el eje estructural del segundo tramo del gobierno de Milei.
