El picudo negro, la nueva plaga que amenaza a la soja y que llegó a Córdoba


La aparición del picudo negro de la soja (Rhyssomatus subtilis) en el norte de Córdoba encendió una señal de alerta entre productores y especialistas. Se trata de una plaga conocida por su agresividad y difícil control, que tradicionalmente afectaba cultivos en el NOA (Noroeste Argentino), pero que ahora fue detectada por primera vez en la región central del país.

El hallazgo se produjo en campos de la zona de Malvinas Argentinas, y aunque se trata de casos puntuales, su presencia en Córdoba preocupa. “Si bien hoy no constituye una amenaza general, hay que prevenir su avance”, advirtieron desde la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), quienes insisten en la importancia de tomar medidas tempranas para evitar su expansión.

Cómo llegó el picudo negro a Córdoba

Un informe de la Red de Manejo de Plagas (REM), que depende de Aapresid, sugiere que la llegada del picudo negro a Córdoba probablemente esté relacionada con actividades humanas, como el traslado de maquinaria agrícola, camiones o cosechadoras desde zonas del NOA donde la plaga está presente.

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Este tipo de diseminación no es inusual en plagas agrícolas, y por eso la limpieza de equipos y herramientas se vuelve clave en la prevención. Según los expertos, el traslado inadvertido de tierra o residuos de cultivos puede ser suficiente para introducir al picudo negro en nuevos territorios.

Una plaga difícil de controlar

El picudo negro de la soja representa un gran desafío para el manejo agronómico debido a varias características que dificultan su control. Según Aapresid, estos son algunos de sus rasgos más problemáticos:

  • Sobrevive al invierno como larva enterrada hasta 15 cm de profundidad.
  • Emergencia escalonada de adultos tras las lluvias de primavera, lo que obliga a realizar múltiples intervenciones.
  • Hábitos nocturnos: se oculta durante el día en rastrojos o entre los cogollos del maíz.
  • Daños en diferentes etapas del cultivo, desde la muerte de plántulas hasta la destrucción de granos durante su formación.

En zonas de alta presión, la REM ha registrado lotes con hasta el 100% de las plantas afectadas. Por eso, el llamado a actuar con anticipación no es exagerado.

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Recomendaciones: cómo prevenir y manejar la plaga

Aunque por ahora no representa un problema extendido en Córdoba, los especialistas aconsejan mantener una actitud proactiva ante el picudo negro. En palabras de Roberto Peralta, de Halcón Monitoreos: “Solo podría reaparecer en los mismos lotes si se vuelve a sembrar soja sin rotación”.

La REM recomienda un enfoque integral basado en tres pilares:

1. Monitoreo constante

  • Uso del paño vertical para detectar adultos, aunque tiene una efectividad estimada del 60%.
  • Observación visual en bordes del lote y sectores con gramíneas.
  • Identificación precisa de daños, que pueden confundirse con los de otros insectos o roedores.

2. Manejo agronómico

  • Evitar el monocultivo de soja, que favorece la permanencia del picudo negro.
  • Incorporar gramíneas como maíz o sorgo en la rotación, ya que no son hospedantes.
  • Limpieza de maquinaria antes de ingresar a lotes sin presencia de la plaga.

3. Control químico

  • Tratamiento de semillas con neonicotinoides (como tiametoxam o imidacloprid) o fenilpirazoles.
  • Aplicaciones foliares nocturnas con piretroides o sulfoximinas durante etapas reproductivas (R5–R6).
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El riesgo de no actuar a tiempo

Desde la REM enfatizan que el riesgo actual no es grave, pero podría volverse incontrolable si no se toman medidas. “Su avance dependerá de las decisiones agronómicas que se tomen hoy. La rotación y el monitoreo temprano serán las principales barreras para evitar que el picudo negro se establezca en nuevas regiones”, concluye el informe.

El caso del picudo negro en Córdoba es un ejemplo más de cómo las plagas pueden expandirse si no se mantiene una vigilancia activa y buenas prácticas agrícolas. En un contexto donde los márgenes del productor son cada vez más ajustados, prevenir vale mucho más que curar.