Estudian al picudo algodonero para mejorar su control


El picudo algodonero sigue siendo la principal plaga del cultivo de algodón en la Argentina y una amenaza económica para los productores del norte del país. Ante esta situación, un equipo de especialistas del INTA y del Conicet llevó adelante un estudio destinado a analizar cómo varía la morfología del insecto en distintas regiones y momentos del año, con el objetivo de ajustar y mejorar las estrategias de manejo. Los resultados confirman que el tamaño corporal del picudo no es uniforme, sino que cambia según las condiciones ambientales y el contexto agronómico, un dato clave para afinar su control.

Un estudio para comprender la dinámica poblacional

La investigación fue realizada a partir de ejemplares de picudo algodonero recolectados en Chaco, Santa Fe, Formosa y Santiago del Estero, tanto durante el invierno como en plena temporada de cultivo. Según explicó Carolina García, investigadora del INTA Sáenz Peña, este enfoque permitió observar patrones de variación asociados al clima, la disponibilidad de alimento y el manejo agrícola.

García señaló que “identificar estas diferencias es fundamental para ajustar los planes de manejo a cada región, ya que el comportamiento del picudo algodonero no es igual en todas las zonas donde se cultiva algodón”. La especialista destacó además que la presencia de hospedantes alternativos durante el invierno podría influir directamente en los niveles de infestación de la campaña siguiente.

algodón

Variaciones morfológicas entre regiones y estaciones

Los análisis mostraron que existen diferencias significativas en el tamaño corporal de los ejemplares según la región donde fueron recolectados. En particular, las poblaciones del Chaco, especialmente en zonas como Sáenz Peña y Villa Ángela, presentaron mayor tamaño y peso que las de Santa Fe, Formosa y Santiago del Estero.

Entre las variables morfológicas del picudo algodonero que mostraron mayores diferencias se destacaron la longitud de los élitros y la longitud total del cuerpo, atributos que suelen asociarse con la capacidad reproductiva y el desempeño del insecto en campo. Según la investigación, los adultos recolectados en invierno presentaron menor variabilidad morfológica, lo que podría relacionarse con la disponibilidad limitada de alimento en ese período.

Picudo Algodonero

Condiciones ambientales y manejo agrícola como factores determinantes

Para Ana Laura Nussenbaum, investigadora del Conicet y coautora del estudio, las diferencias observadas no parecen responder principalmente a procesos genéticos, sino al entorno. “Las poblaciones de picudo algodonero en la Argentina tienen un origen reciente, por lo que la variación morfológica estaría más asociada a condiciones ambientales y prácticas agrícolas que a divergencias genéticas”, explicó.

La investigadora agregó que los individuos con mejores parámetros corporales tienden a mostrar mayor supervivencia y capacidad reproductiva, lo que incrementa la presión de la plaga en los lotes. Este aspecto refuerza la importancia de adaptar las estrategias de manejo a cada contexto específico, en lugar de aplicar esquemas uniformes.

Un análisis genético complementario

Además del estudio morfológico, el equipo realizó un análisis genético mediante secuencias de ADN mitocondrial, con el fin de determinar si existían diferencias heredables entre poblaciones de picudo algodonero. Los resultados mostraron alta homogeneidad genética, con solo una variante detectada en una región del ADN mitocondrial, algo identificado por primera vez en esta especie.

Algodón, Argentina, semillas
Foto: INTA

Según Silvia Lanzavecchia, codirectora del proyecto, esta línea de trabajo abre la puerta a desarrollar marcadores moleculares que permitan detectar eventuales procesos de diferenciación futura entre poblaciones de picudo algodonero. “Esto puede mejorar la capacidad de monitoreo y anticipación en campo”, sostuvo.

Hacia estrategias de control más específicas

El estudio, que fue parte de la tesis doctoral de García en la UNNE y publicado en una revista científica especializada, refuerza la idea de que el control del picudo debe ser regional, estacional y adaptativo.

Entre las recomendaciones, se destaca la necesidad de fortalecer el monitoreo de hospedantes alternativos en invierno, implementar prácticas culturales sostenidas y continuar líneas de investigación que articulen genética, morfología y manejo agrícola.