Alfalfa eficiente: hasta un 30% más de carne con pastoreo temprano y frecuente

La alfalfa, base forrajera de los sistemas ganaderos de la región pampeana, concentra entre el 60 y 70% de su producción anual durante la primavera y el verano, etapas claves para la producción de carne bovina. En este contexto, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) presentó recientes investigaciones que demuestran que un manejo más temprano y frecuente del pastoreo puede incrementar hasta un 30% la producción de carne, optimizando la transformación del forraje en kilos de carne por hectárea.
Aprovechamiento estratégico de la alfalfa
Tradicionalmente, se aconsejaba ingresar a las pasturas de alfalfa cuando la planta alcanzaba el 10% de floración, una práctica adecuada para confeccionar reservas, pero que en pastoreo directo resultaba en forraje lignificado y de menor valor nutritivo.
Según la investigadora Cecilia Sardiña, del INTA General Villegas, “cuanto más eficientes seamos en el aprovechamiento del cultivo en primavera y verano, mayor será el impacto en los resultados de todo el ciclo de la pastura”. El desafío consiste en combinar calidad nutritiva, persistencia del cultivo y respuesta animal, logrando así un equilibrio entre productividad y sostenibilidad de la pastura.

Ensayos y resultados
Los ensayos del INTA evaluaron estrategias de defoliación más tempranas, con intervalos de uso más cortos. Los resultados fueron contundentes: al anticipar el ingreso al pastoreo en alfalfa y aumentar la frecuencia, se lograron mayores períodos de utilización de la pastura, incremento en la producción de forraje y mayor carga animal, traduciéndose en hasta un 30% de aumento en la producción de carne.
“El inicio del pastoreo en estados más tempranos, antes del 10% de floración, priorizó la calidad nutritiva del forraje ofrecido y se tradujo en mejores respuestas productivas”, explicó Sardiña. Este ajuste también implicó mayor eficiencia en la asignación de forraje: elevar la ración estival del 3% al 4% del peso vivo mejoró las ganancias individuales, mientras que ingresar con mayor frecuencia, cada 14 días, permitió aprovechar pasturas de menor altura sin reducir la carga, generando beneficios adicionales en la productividad animal.

Recomendaciones técnicas clave
A partir de los estudios, los especialistas del INTA sugieren las siguientes pautas para el manejo de pasturas de alfalfa:
- Ingresar a la pastura cada 15 a 25 días durante primavera y verano.
- Mantener biomasa promedio de 2.000 a 3.000 kilos de materia seca por hectárea.
- Priorizar la calidad del forraje para maximizar la conversión de proteína vegetal en proteína animal.
Este esquema asegura un forraje de alta calidad, mayor eficiencia productiva y refuerza el papel estratégico de la alfalfa como transformadora de nutrientes en carne bovina, contribuyendo a la competitividad de los sistemas ganaderos de la región.
Difusión y capacitación
El INTA también aprovechó la instancia del Día Ganado, realizado el 9 de septiembre en el campo experimental La Belita, en Drabble, General Villegas, para difundir estas recomendaciones y compartir experiencias a campo. La jornada combinó charlas técnicas con recorridas prácticas, abordando temáticas como:
- Pastoreo eficiente de alfalfa.
- Estrategias de recría.
- Control sustentable de parásitos.
- Uso de granos en dietas de terminación.
- Manejo de ambientes con limitantes edáficas.

El evento permitió a los productores y asesores visualizar en la práctica las técnicas sugeridas y comprender cómo pequeños ajustes en el manejo pueden generar mejoras significativas en la producción de carne.
Perspectivas productivas
Con la combinación de manejo temprano y frecuente, junto con una adecuada asignación de forraje, la alfalfa se consolida como una herramienta estratégica para la ganadería argentina. Los estudios del INTA muestran que, con ajustes sencillos pero bien planificados, es posible incrementar la producción de carne hasta un 30%, mejorar la eficiencia del sistema y garantizar la sustentabilidad de las pasturas a lo largo del ciclo productivo.
La investigación confirma que el éxito en la producción ganadera no depende solo de la cantidad de forraje disponible, sino de cómo se gestiona y optimiza su uso, posicionando a la alfalfa como un recurso clave para la rentabilidad y sostenibilidad del sector.