Lobesia: Mendoza inicia tratamientos aéreos y con drones para controlar la plaga de la vid

El Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria Mendoza (ISCAMEN) puso en marcha una nueva etapa del Operativo Lobesia, el programa destinado al control de la Lobesia botrana, conocida como la polilla de la vid, una de las principales plagas que afecta a los viñedos de la provincia.
Durante esta primera fase, se realizarán tratamientos aéreos y con drones sobre 90.000 hectáreas de los oasis Norte y Este de Mendoza, que comprenden los departamentos de Lavalle, Luján de Cuyo, Junín, Rivadavia, San Martín, Santa Rosa y La Paz. La medida forma parte de una estrategia integral de control que busca reducir las poblaciones iniciales del insecto y prevenir su avance durante el ciclo productivo.
Control integral en los oasis productivos
De acuerdo con el avance biológico de la plaga y el estado fenológico de los viñedos, el ISCAMEN definió un cronograma de aplicaciones aéreas que se extenderá durante las próximas semanas. Estas tareas serán complementadas con tratamientos terrestres realizados por los propios productores de las zonas afectadas.

El organismo provincial priorizará las fincas en estado de abandono o con riesgo fitosanitario, donde el control individual resulta más complejo y el riesgo de propagación de la plaga es mayor. “El objetivo es mantener protegidos los viñedos durante al menos 30 días, coincidiendo con la primera generación de Lobesia botrana”, explicaron desde el organismo.
Según la alerta fitosanitaria emitida, las aplicaciones deben realizarse cuando los racimos florales alcancen una longitud de entre 5 y 7 centímetros, etapa en la que la polilla resulta más vulnerable a los tratamientos.

Tecnología aérea y drones al servicio del control
Una de las novedades de esta campaña será la incorporación de drones para reforzar las acciones en zonas específicas de difícil acceso o con parcelas pequeñas. Esta tecnología permitirá realizar aplicaciones más precisas y controladas, optimizando el uso de fitosanitarios y reduciendo el impacto ambiental.
Las 90.000 hectáreas intervenidas serán tratadas en dos oportunidades, con el objetivo de garantizar una cobertura efectiva durante el período de actividad de la lobesia. Además, las tareas estarán supervisadas por técnicos del ISCAMEN y del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), quienes controlarán la ejecución y las condiciones de seguridad de cada aplicación.
El plan combina emisores de feromonas, insecticidas específicos de bajo impacto, feromonas pulverizables y tratamientos aéreos y terrestres, junto con un sistema de monitoreo mediante trampas distribuidas en toda la provincia. Esta estrategia de control integrado permite reducir la presión de la lobesia y proteger la sanidad de los viñedos mendocinos.

Productos seguros y bajo impacto ambiental
Como en campañas anteriores, los tratamientos se realizarán exclusivamente con productos registrados y autorizados por el SENASA, de bajo impacto ambiental y sin riesgo para la flora, fauna o la población.
Desde ISCAMEN destacaron que no se efectuarán aplicaciones en zonas urbanas, periurbanas, escuelas, hospitales o centros de salud, y que se establecerán áreas de contención o amortiguamiento para garantizar la seguridad. Todas las acciones cuentan con la Declaración de Impacto Ambiental emitida por la Secretaría de Ambiente y Ordenamiento Territorial de Mendoza.
Los fitosanitarios utilizados contra la lobesia son de banda verde o categoría IV, la más baja en toxicidad. Estos productos son altamente selectivos y están formulados para afectar únicamente a la plaga, sin impacto sobre abejas, insectos benéficos, animales de sangre caliente ni personas.

Una estrategia sostenida en el tiempo
El Operativo Lobesia se enmarca en una política pública que Mendoza desarrolla desde hace más de una década, con el apoyo de Nación y la participación activa de los productores vitícolas. Gracias a esta estrategia, la provincia logró reducir notablemente los niveles de infestación y consolidar un sistema de manejo integrado reconocido a nivel internacional.
Con la combinación de tecnología aérea, monitoreo constante y tratamientos de precisión, Mendoza refuerza su compromiso con la sanidad vegetal, la sustentabilidad del sistema productivo y la protección del patrimonio vitivinícola que identifica a la provincia en el mundo.