Operativo Lobesia: entregan difusores de feromonas a más de 4.000 productores

La campaña 2025/2026 contra la polilla de la vid ya está en marcha en Mendoza y el Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria de Mendoza (ISCAMEN) inició la entrega de difusores de feromonas a más de 4.000 productores en distintas sedes provinciales, como parte de la Técnica de Confusión Sexual (TCS), uno de los métodos más efectivos y sostenibles para frenar el avance de la Lobesia botrana.
Este Operativo Lobesia forma parte de un plan integral que abarcará a más de 9.000 productores y 130.000 hectáreas de viñedos en diversas etapas de intervención. La estrategia combina distintas herramientas de control: feromonas pulverizables, agroquímicos, insecticidas de bajo impacto ambiental aplicados por vía aérea y terrestre, además de alertas fitosanitarias y un refuerzo del monitoreo poblacional para mantener al insecto por debajo del umbral de daño económico.
Primera etapa: asistencia en 50.000 hectáreas
En esta primera fase, los difusores se distribuirán para cubrir unas 50.000 hectáreas de vid en todos los oasis productivos de la provincia, beneficiando directamente a más de 4.000 productores. El ISCAMEN indicó que el objetivo es que los dispositivos sean colocados en los próximos días, con prioridad en las zonas que sufrieron mayor presión de la plaga en la última campaña.

La estrategia no solo apunta a reducir la presencia de la Lobesia, sino también a que los productores de uva de mesa y ciruela puedan cumplir con los protocolos fitosanitarios exigidos para exportar a Brasil, uno de los mercados más importantes para la producción mendocina.
La entrega se realizará en cinco puntos de distribución y cada kit estará acompañado por materiales de capacitación, con el fin de garantizar la correcta colocación y el máximo aprovechamiento de la técnica de confusión sexual.
Etapas siguientes del plan
El operativo contra la Lobesia contempla distintas fases de intervención a lo largo de la temporada. Durante la segunda etapa, se entregarán a productores seleccionados —según criterios técnicos y disponibilidad de insumos— insecticidas específicos para controlar la primera generación del insecto.

En la tercera etapa, se brindará un servicio de tratamientos aéreos en determinadas áreas de los Oasis Norte y Este, con el objetivo de abarcar tanto viñedos en producción como en estado de abandono o semi-abandono, que suelen ser focos de reproducción de la Lobesia. En paralelo, se podrán aplicar drones en superficies complementarias, de acuerdo con las necesidades y definiciones técnicas del programa.
La cuarta etapa prevé la aplicación aérea de feromonas pulverizables en áreas específicas del Oasis Norte-Este, dependiendo de los niveles de presencia detectados. Este mecanismo permite interrumpir el ciclo biológico del insecto y limitar de forma efectiva su capacidad reproductiva.
Primera alerta de control fitosanitario
En paralelo al inicio del operativo, el ISCAMEN emitió la primera alerta fitosanitaria de la temporada. El organismo recordó que es fundamental aplicar insecticidas cuando las variedades de vid presentan racimos preflorales de entre 5 y 7 centímetros, incluso en establecimientos que implementen la técnica de confusión sexual o reciban tratamientos aéreos.
La advertencia resulta clave debido al alto poder reproductivo de la Lobesia botrana: cada hembra puede poner alrededor de 100 huevos, y una sola pareja tiene la capacidad de generar hasta 250.000 ejemplares en una temporada.

En el caso de variedades de floración temprana como sauvignon blanc o chardonnay, se requerirá más de una aplicación para garantizar la protección desde la prefloración hasta los primeros días de noviembre.
Un desafío permanente para la vitivinicultura
La Lobesia botrana se ha convertido en uno de los principales enemigos de la vitivinicultura mendocina, por lo que el operativo anual resulta fundamental para sostener la calidad y competitividad de los vinos argentinos en el mercado internacional.
El esquema de trabajo previsto por ISCAMEN combina la acción coordinada de productores, técnicos y organismos públicos, con el fin de reducir la presión de la Lobesia y evitar pérdidas económicas.
La expectativa oficial es que, gracias a la articulación y al uso de tecnologías de bajo impacto ambiental, la temporada 2025/2026 logre mantener los niveles de control alcanzados en años anteriores y consolide la sostenibilidad del sistema productivo provincial.