Huracán cayó 1-0 ante Once Caldas y deberá revertir la serie en el Ducó

Huracán no tuvo una noche sencilla en Manizales y cayó 1-0 ante Once Caldas en la ida de los octavos de final de la Copa Sudamericana. Desde que pisó suelo colombiano, el equipo de Frank Darío Kudelka debió enfrentar más obstáculos que los propios futbolísticos. La humedad penetrante, el calor intenso y los 2.160 metros de altura sobre el nivel del mar condicionaron el físico y el ritmo del conjunto argentino, que nunca logró sentirse cómodo en el estadio Palogrande.
El desgaste fue evidente desde los primeros minutos. Con la pelota, Huracán lucía impreciso; sin ella, se mostraba desbordado por la velocidad y la intensidad del elenco local. Once Caldas, dirigido por Hernán Darío Herrera, fue superior desde el arranque y no tardó en dejar claras sus intenciones: ir al frente, presionar alto y cargar el área de Hernán Galíndez con centros y remates desde media distancia.
Galíndez, figura en la primera mitad
En menos de veinte minutos, el arquero ecuatoriano de Huracán ya era la gran figura del partido. Con intervenciones espectaculares, Galíndez sostuvo al equipo argentino en pie ante las amenazas constantes de Michael Barrios, Dayro Moreno y Luis Sánchez. También tuvo que intervenir ante Kevin Cuesta y Mateo Zuleta, en una primera parte en la que el “Globo” apenas logró inquietar a su rival.
El dominio de Once Caldas era total, aunque sin eficacia en la definición. La falta de puntería de sus delanteros y la seguridad de Galíndez fueron las únicas razones por las que el partido se fue al descanso sin goles. En las tribunas, la frustración del público local se hacía evidente con cada ocasión desperdiciada.

El penal que definió el partido
La segunda mitad mantuvo la misma tónica, aunque Huracán intentó ajustar líneas y tener un poco más la pelota. Sin embargo, todo se desmoronó tras una jugada desafortunada: César Ibáñez cometió una infracción clara sobre Barrios dentro del área, y el árbitro brasileño Ramón Abatti no dudó en sancionar penal.
Luego de varios empujones y reclamos, fue Dayro Moreno quien tomó la responsabilidad. Con categoría, el delantero colombiano engañó a Galíndez y convirtió el 1-0, desatando el festejo de los hinchas locales. El tanto le dio justicia al desarrollo del juego, premiando al equipo que más propuso.
El intento de reacción que no alcanzó
Con el marcador en contra, Huracán salió a buscar el empate. Kudelka movió el banco e intentó darle más peso ofensivo al equipo. Gabriel Alanís aportó sacrificio, Leonel Pérez mostró perseverancia y los balones detenidos buscaron explotar el juego aéreo de Nehuén Paz. No obstante, la defensa de Once Caldas se mantuvo firme y neutralizó cualquier intento de peligro.
La igualdad nunca llegó, y Huracán se volvió a Buenos Aires con una derrota que, si bien no fue abultada, lo obliga a dar vuelta la serie en casa si quiere avanzar a cuartos de final.
Todo se define en Parque Patricios
Pese al traspié, la llave está abierta. El próximo martes a las 19 horas, el “Globo” recibirá a Once Caldas en el Palacio Tomás Adolfo Ducó, donde irá en busca de la remontada con el apoyo de su gente. Para ese duelo, Kudelka planea guardar a varios titulares en el partido ante Argentinos Juniors por la quinta fecha del Torneo Clausura. La prioridad está clara: avanzar en la Copa Sudamericana.
Una postura similar adoptará Herrera, quien también piensa rotar a su equipo en el compromiso ante Alianza FC por el campeonato colombiano, con el objetivo puesto en el duelo definitorio en Buenos Aires.
El sueño continental sigue vivo
Huracán sabe que tiene con qué revertir la historia. Deberá mostrar más presencia en ataque, evitar errores defensivos y, sobre todo, recuperar su identidad futbolística, algo que no logró plasmar en Colombia. El aliento del Ducó y la experiencia del plantel pueden ser factores clave para lograr la clasificación.
Mientras tanto, Once Caldas viaja con una leve ventaja, pero consciente de que nada está cerrado. El boleto a los cuartos de final de la Sudamericana se definirá en 90 minutos que prometen tensión, emoción y fútbol de alto voltaje.