Dolor en el fútbol: murió Miguel Ángel Russo, DT de Boca y símbolo de lucha

El fútbol argentino está de luto: Miguel Ángel Russo, uno de los entrenadores más respetados y queridos del país, falleció a los 69 años en su casa, donde permanecía bajo internación domiciliaria. El actual técnico de Boca atravesaba un delicado cuadro de salud que se agravó en las últimas semanas.
Su último partido en el banco de suplentes fue el 21 de septiembre, durante el empate 2-2 ante Central Córdoba por la novena fecha del Torneo Clausura. Horas después debió ser internado y, aunque recibió el alta, su salud volvió a deteriorarse. El 6 de octubre, Boca informó que su entrenador se encontraba con “pronóstico reservado”, lo que generó profunda preocupación en el ambiente del fútbol.
Russo había enfrentado una larga lucha contra el cáncer, que lo acompañó durante casi una década. A pesar de las dificultades, nunca se alejó del deporte que consideraba su gran pasión y fuente de energía.

Una batalla que enfrentó con entereza
El diagnóstico de cáncer de vejiga y un tumor en la próstata, recibido en 2017 mientras dirigía a Millonarios de Colombia, marcó un antes y un después en su vida. Pese a las complicaciones médicas, no dejó de trabajar ni de competir. En medio de su tratamiento, llevó al equipo colombiano a conquistar el Torneo Finalización 2017 y la Superliga 2018, un logro que reflejó su fortaleza y compromiso inquebrantable.
“No le tuve miedo a la muerte. Siempre pensé que iba a vivir y que me faltaba mucho por hacer”, había dicho Russo en una entrevista. Su optimismo y serenidad ante la enfermedad se convirtieron en una lección de vida para todos los que lo rodearon.
Siempre cerca del fútbol y de sus jugadores
En las últimas semanas, su estado de salud volvió a ocupar los titulares. Pese a las recomendaciones médicas, Miguel insistió en mantenerse cerca del plantel. Durante los partidos, se lo veía debilitado, pero con la misma pasión de siempre.
Tras la goleada 5-0 ante Newell’s, su ayudante Claudio Úbeda reveló que Russo seguía tomando decisiones desde su casa y mantenía contacto permanente con el cuerpo técnico. “Queremos dedicarle el triunfo a Miguel, que nos estuvo mirando desde su casa. Está al tanto de todo lo que hacemos”, dijo emocionado.

Un lazo eterno con Boca
Su vínculo con Boca trascendió lo deportivo. En su primer ciclo, en 2007, condujo al equipo liderado por Juan Román Riquelme a la conquista de la Copa Libertadores, uno de los títulos más recordados por los hinchas.
En su regreso, en 2020, volvió a celebrar al obtener la Superliga 2019/20 y la Copa Maradona. Riquelme, actual presidente del club, siempre destacó su admiración por él: “Miguel es un símbolo de trabajo, respeto y amor por Boca”.
Una carrera marcada por la pasión y el respeto
Nacido en Lanús en 1956, Russo jugó toda su carrera profesional en Estudiantes, donde disputó más de 400 partidos y ganó dos títulos. Como entrenador, dirigió a más de 15 equipos en Argentina y el exterior, entre ellos Vélez, Central, San Lorenzo, Estudiantes, Millonarios, Alianza Lima, Cerro Porteño y Al-Nassr.

Con 12 títulos y más de 1.000 partidos dirigidos, se consolidó como uno de los técnicos más exitosos y respetados del continente. Su paso por Rosario Central, donde fue ídolo y referente, también dejó una huella imborrable.
Un legado que trasciende generaciones
Más allá de los logros deportivos, Russo será recordado por su humildad, su integridad y su amor incondicional por el fútbol. En cada club que dirigió dejó una marca de respeto y afecto. Su hijo, Ignacio Russo, debutó como profesional en Rosario Central en 2020 y hoy juega en Tigre, continuando el legado familiar.
Miguel Ángel Russo, campeón, luchador y maestro de generaciones, se despidió como vivió: con la pelota cerca y rodeado del cariño del fútbol entero.