La miel argentina endulza los mercados del mundo: récord exportador y reapertura del mercado italiano


El sector apícola argentino atraviesa un momento de fuerte expansión y consolidación internacional. Durante los primeros ocho meses de 2025, las exportaciones de miel, cera, polen y material vivo superaron las 60 mil toneladas, marcando el volumen más alto de los últimos siete años y ratificando el liderazgo del país entre los grandes productores mundiales.

De acuerdo con datos oficiales del Ministerio de Economía, el complejo apícola generó 143 millones de dólares en ventas externas, lo que representa un incremento del 13,2% interanual. Este desempeño se explica por una mayor demanda global y por la suba de los precios internacionales, que registraron un aumento del 8,6%, alcanzando un promedio de 2.360 dólares por tonelada exportada.

La miel continúa siendo el producto más relevante dentro del complejo, con una participación cercana al 94% del total exportado. Sin embargo, otros segmentos también mostraron un dinamismo notable. La cera de abejas, por ejemplo, experimentó un crecimiento del 52,9%, mientras que las exportaciones de material vivo (particularmente abejas reinas) se incrementaron en un 21% respecto al año anterior.

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Estados Unidos, Alemania e Italia, los principales compradores

En materia de destinos, Estados Unidos y Alemania se consolidaron como los principales compradores de miel argentina, concentrando en conjunto más del 75% de las exportaciones. A estos se suman España, Japón, Países Bajos, Suiza, Bélgica y Reino Unido, que también mantienen un flujo comercial sostenido.

Uno de los hechos más destacados del año fue el regreso de Italia como destino de exportación de miel, tras dos años sin operaciones. El retorno del mercado italiano es considerado un hito positivo para los productores nacionales, dado que se trata de un país con altos estándares de calidad y consumidores que valoran la pureza y trazabilidad del producto argentino.

El sistema de control y trazabilidad implementado en Argentina es uno de los factores que más prestigio le otorgan al país en los mercados internacionales. Este mecanismo permite rastrear cada lote de miel desde la colmena hasta su destino final, garantizando transparencia, calidad y cumplimiento de normas sanitarias.

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Genética destacada y nuevos mercados para las abejas reinas

El segmento del material vivo también ocupa un lugar de creciente relevancia. De acuerdo con datos del SENASA, en 2025 se exportaron 34.218 abejas reinas a mercados exigentes como Dinamarca, España, Líbano, Francia e Italia. Esta expansión responde a la reputación internacional de la genética apícola argentina, resultado de años de investigación del INTA y del trabajo conjunto con las cabañas apícolas privadas.

Por otra parte, la cera de abejas se exporta mayoritariamente a Estados Unidos, donde la demanda se ha incrementado por su uso en cosmética natural, farmacéutica y producción de velas artesanales. Este producto, que antes representaba un volumen marginal dentro del complejo, hoy se perfila como un complemento estratégico para aumentar el valor agregado de las exportaciones argentinas.

Una actividad federal y clave para las economías regionales

La apicultura argentina tiene un marcado carácter federal, con presencia productiva en casi todas las provincias del país. Según el Registro Nacional de Productores Apícolas (RENAPA), el número de apicultores registrados aumentó un 5% durante 2025, alcanzando 22.330 productores que trabajan sobre un total de 4,2 millones de colmenas distribuidas a lo largo del territorio nacional.

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Más del 90% de la miel producida en Argentina se destina al comercio exterior, lo que convierte al sector apícola en una cadena estratégica para las economías regionales y un componente esencial del perfil exportador agroindustrial.

En provincias como Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba, Santiago del Estero y Río Negro, la apicultura no solo es una fuente de ingresos, sino también una actividad ecológicamente valiosa, ya que contribuye a la polinización de cultivos y a la biodiversidad.

Con precios internacionales en alza, una estructura productiva en expansión y la apertura de nuevos mercados, la miel argentina se consolida como sinónimo de calidad y confiabilidad. Su crecimiento sostenido refleja el esfuerzo de miles de productores y el compromiso del país con una apicultura moderna, sustentable y competitiva.