México pone bajo la lupa a la carne de cerdo de Estados Unidos y tensiona el comercio regional
El Gobierno de México activó un nuevo frente en materia de defensa comercial al iniciar dos investigaciones simultáneas contra las importaciones de carne de cerdo provenientes de Estados Unidos. Las pesquisas, centradas en pierna y espaldilla de cerdo, buscan determinar la existencia de dumping y subsidios que habrían afectado de manera directa a la industria porcícola nacional.
La decisión, formalizada a través de su publicación en el Diario Oficial de la Federación, marca un movimiento de alto impacto dentro del comercio agroalimentario de América del Norte. De confirmarse las prácticas denunciadas, el proceso podría derivar en la aplicación de aranceles y alterar el delicado equilibrio del mercado porcino bajo el marco del T-MEC.
Investigaciones por dumping y subsidios
La Secretaría de Economía (SE) informó que los procedimientos abiertos apuntan a verificar si las exportaciones estadounidenses de pierna y espaldilla de cerdo ingresaron al mercado mexicano a precios por debajo de su valor normal, una práctica considerada dumping en el comercio internacional. De manera paralela, se analiza si esos productos recibieron subsidios gubernamentales en su país de origen.
Ambas investigaciones fueron impulsadas a partir de solicitudes presentadas por empresas productoras de México como Alimentos Kowi, Alimentos Soles, Comercializadora Porcícola Mexicana, Proteína Animal y Sonora Agropecuaria. Estas firmas argumentaron que las condiciones de competencia se vieron distorsionadas por prácticas desleales, afectando la rentabilidad y sostenibilidad del sector nacional.
Según la SE, el objetivo central del proceso es determinar la existencia de daño económico y establecer si existe una relación directa entre las importaciones investigadas y el deterioro financiero de los productores mexicanos.
Señales de daño a la industria nacional
El análisis preliminar que dio origen a las investigaciones sostiene que los productos estadounidenses habrían sido comercializados a precios sustancialmente inferiores a los del mercado interno mexicano. Esta situación, combinada con eventuales apoyos oficiales en Estados Unidos, habría generado una presión constante sobre los precios locales.
Como consecuencia, el estudio advierte que la industria porcícola de México registró márgenes de operación negativos en varios años recientes, limitando su capacidad de inversión y crecimiento. Esta pérdida de competitividad se habría profundizado en un contexto de alta dependencia externa.
Un dato clave que refuerza la preocupación oficial es que más del 80% de las importaciones mexicanas de carne de cerdo provienen de Estados Unidos, lo que deja a la producción nacional particularmente expuesta a cualquier distorsión en las condiciones de comercio.
Alcance del proceso y próximos pasos
Las investigaciones abarcan las importaciones realizadas durante todo el año 2024, mientras que el análisis del daño económico contempla el período comprendido entre 2022 y 2024. Además, la Secretaría de Economía dejó abierta la posibilidad de incluir mercancía de origen estadounidense que haya ingresado a México a través de terceros países.
Con la resolución ya en vigor, se activaron dos procedimientos administrativos paralelos: uno antidumping y otro antisubvenciones. En caso de confirmarse las irregularidades denunciadas, México podría aplicar aranceles compensatorios u otras medidas defensivas para equilibrar el mercado.
Las partes interesadas, tanto nacionales como extranjeras, contarán con plazos específicos para presentar pruebas, argumentos y defensas, en un proceso que se extenderá durante varios meses y cuyo desenlace será seguido de cerca por toda la cadena cárnica.
Reacciones del sector y efectos bajo el T-MEC
La reacción de los productores mexicanos fue mayoritariamente positiva. Desde el sector destacan que la apertura de las investigaciones representa un paso clave para restaurar condiciones de competencia justa y frenar la pérdida de participación frente a importaciones a bajo costo.
Sin embargo, analistas del mercado advierten que la decisión final deberá encontrar un equilibrio delicado. México depende en gran medida de la carne de cerdo importada para abastecer su consumo interno, por lo que cualquier medida correctiva también podría tener impacto en los precios al consumidor.
El resultado de estas investigaciones no solo influirá en la relación comercial entre México y Estados Unidos, sino que también pondrá a prueba los mecanismos de solución de controversias dentro del T-MEC. En un mercado profundamente integrado, el caso podría convertirse en un precedente relevante para futuras disputas agroalimentarias en la región.
