La maquinaria agrícola entra en terreno negativo tras ocho meses de crecimiento


Por primera vez en el año, la industria de maquinaria agrícola registró una baja en su producción. Según el último informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), correspondiente a julio, el sector experimentó una caída del 7,1% interanual, rompiendo una tendencia de ocho meses consecutivos de recuperación.

La noticia generó preocupación en toda la cadena de valor, que venía sosteniendo expectativas positivas tras el repunte observado durante el primer semestre, motorizado por mejores condiciones financieras y un mercado más dinámico. Sin embargo, el escenario cambió de manera drástica en los últimos dos meses.

Un freno inesperado

El retroceso en la producción de sembradoras, tractores, cosechadoras y pulverizadoras marca un quiebre en la curva ascendente que había arrancado en noviembre del año pasado. Durante ese período, la industria se había reacomodado luego de un 2024 con números magros, gracias al impulso de las ventas tras Expoagro y a la disponibilidad de créditos con tasas bajas.

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En el acumulado de enero a julio, el sector todavía muestra un crecimiento del 24,8%, de acuerdo con los registros del INDEC. Sin embargo, el enfriamiento del mercado de la maquinaria agrícola comenzó a notarse en junio y se profundizó en julio, derivando en un dato negativo que anticipa un panorama más complejo hacia adelante.

El impacto más fuerte se reflejó en los patentamientos de agosto, que cayeron un 45% respecto del mismo mes del año anterior. Una señal clara de que la demanda se desaceleró y que los productores adoptaron una postura más cautelosa frente a la suba de tasas.

Preocupación en el sector empresario

La alarma ya se trasladó a los principales actores de la industria. En la reciente Cumbre Internacional de Maquinaria Agrícola, Agrievolution Summit 2025, realizada en la Ciudad de Buenos Aires, el presidente de la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (CAFMA), Enrique Bertini, reconoció que el mercado “se planchó” en los últimos meses.

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En 2014, New Holland alcanzó la mayor cosecha de trigo en 8 horas con la CR10.90

“El aumento en las tasas de financiamiento frenó de golpe la demanda. Esto está generando serios problemas en muchas empresas, que incluso se ven obligadas a recortar horas extras y aplicar ajustes en sus plantas productivas”, advirtió Bertini.

De manera similar, el director ejecutivo de la Asociación de Fábricas Argentinas de Tractores y otros Equipamientos Agrícolas e Industriales (AFAT), Leandro Brito Peret, señaló que la industria está revisando sus proyecciones para lo que resta del año.

“Nuestras estimaciones iniciales planteaban un 2025 muy parecido al 2023. Pero con este cambio en las condiciones financieras, debemos repensar las expectativas. Creemos que no será tan negativo como el año pasado, aunque sin dudas estará por debajo de lo que proyectábamos”, indicó.

Un año con contrastes

La trayectoria de la maquinaria agrícola durante 2025 muestra un contraste marcado entre el optimismo del primer semestre y la incertidumbre actual. Entre marzo y mayo, las ventas registraron un fuerte dinamismo, acompañadas por una buena cosecha y un renovado interés de los productores en renovar equipos.

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No obstante, la volatilidad macroeconómica y el encarecimiento del financiamiento hicieron que la demanda se retraiga en cuestión de semanas. Este cambio repentino pone en evidencia la alta sensibilidad del sector a las variables económicas, en particular al costo del crédito, un factor clave en un rubro donde las inversiones suelen ser de gran magnitud.

Lo que viene

De cara al cierre del año, los analistas coinciden en que el comportamiento del mercado dependerá en gran medida de la evolución de las tasas y de la capacidad de los fabricantes para ofrecer planes de financiación más flexibles. A nivel internacional, la demanda por maquinaria agrícola también se mantiene inestable, lo que limita las posibilidades de compensar la caída del mercado interno con exportaciones.

Por lo pronto, el dato del INDEC funciona como una señal de alerta: la racha positiva se cortó y la maquinaria agrícola vuelve a estar en el centro de las preocupaciones de la industria argentina.