Alerta en la zona núcleo: el maíz temprano entra en una etapa clave y necesita lluvias
El maíz temprano comenzó a mostrar signos de alerta en la zona núcleo, una de las principales regiones productivas del país. Según el último informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), el cultivo presenta un estado de muy bueno a excelente, aunque la falta de lluvias empieza a generar preocupación entre los técnicos.
Desde la entidad remarcaron que el cereal se mantiene firme, pero que una precipitación en el corto plazo será clave para sostener los altos potenciales de rinde. El maíz temprano se encuentra en una etapa decisiva de su desarrollo, donde cualquier limitante hídrica puede tener impacto directo en los resultados finales.
Floración y panojamiento: el momento más sensible
Actualmente, cerca del 50% de los lotes de maíz temprano está en plena floración, mientras que otro 45% transita el período de panojamiento. Se trata de fases críticas en las que el cultivo define gran parte de su rendimiento.
Los técnicos de la BCR señalaron que en varias zonas la necesidad de agua ya es evidente, y que una lluvia oportuna permitiría asegurar los altos potenciales que hoy muestran los cultivos. “El maíz temprano aguanta, pero necesita agua para que no decaigan los rindes”, resumieron desde la institución rosarina.
Resistencia diaria, pero con un límite claro
A pesar de la falta de precipitaciones, el maíz temprano todavía responde de manera favorable. Desde la BCR explicaron que los maíces sufren durante el día, principalmente por la baja humedad relativa, pero logran recuperarse por la tarde y durante la noche.
“Por ahora vienen bancando la falta de agua”, indicaron los técnicos, quienes destacaron la capacidad de recuperación del cultivo en estas condiciones. Sin embargo, advirtieron que esta resistencia tiene un límite y que el escenario podría cambiar rápidamente si no se registran lluvias en los próximos días.
El fin de semana, bajo la lupa
La principal preocupación se concentra en el corto plazo. Desde la Bolsa de Comercio de Rosario alertaron que si no llueve durante el fin de semana, los primeros lotes que ya ingresan en el período crítico comenzarán a sentir el impacto.
“Los maíces que entran en su fase más sensible van a sentir el golpe y resignar potencial”, señalaron desde la entidad. En ese contexto, cada milímetro cuenta para sostener el buen estado general que hoy muestran los cultivos.
Pronóstico con chances, pero sin garantías
De acuerdo con la Guía Estratégica para el Agro (GEA), las condiciones meteorológicas se mantendrían estables hasta la mañana del sábado 13. A partir de ese momento, retornaría la probabilidad de precipitaciones aisladas e intermitentes, que podrían extenderse hasta la tarde o noche del domingo 14.
Si bien el pronóstico abre una ventana de esperanza, desde la BCR aclaran que no se trata de lluvias generalizadas, por lo que el alivio podría ser parcial y desigual según la zona. La atención del sector sigue puesta en cómo evolucionará el clima en los próximos días.
Soja de segunda: avance firme tras el trigo
Mientras el maíz temprano enfrenta incertidumbre hídrica, la soja de segunda muestra un panorama más alentador en la zona núcleo. Según el informe, ya se sembró el 70% del área prevista, con un avance sostenido luego de la cosecha de trigo.
En total, se espera implantar 1,82 millones de hectáreas de soja de segunda, de las cuales 1,3 millones ya están sembradas. Las condiciones actuales permiten un buen ritmo de trabajo, siempre que se respeten los tiempos y el estado del suelo.
Condiciones favorables para la siembra
Desde la BCR destacaron que, con días más cálidos y sin lluvias importantes, las sembradoras pueden avanzar sin inconvenientes. “Mientras no se intente entrar con el suelo demasiado húmedo, en un suelo bien oreado las labores avanzan perfectamente”, indicaron.
Así, el escenario productivo muestra dos realidades contrastantes: un maíz temprano con buen potencial, pero dependiente de una lluvia oportuna, y una soja de segunda que avanza con firmeza. En ambos casos, el clima seguirá siendo el factor decisivo que marque el rumbo de la campaña en la zona núcleo.
