Maíz temprano: la apuesta fuerte de la campaña 2025/26

La campaña agrícola 2025/26 comienza con un escenario inusual que posiciona al maíz temprano como una alternativa estratégica para los productores argentinos. Según un informe de la Asociación Maíz y Sorgo Argentino (Maizar), los perfiles de suelo al 100% de su capacidad de almacenaje de agua tras un invierno excepcionalmente húmedo, combinados con un escenario climático neutro hasta diciembre, crean condiciones ideales para sembrar maíz de manera anticipada y obtener mayores rendimientos y beneficios económicos.
Ventajas de la siembra temprana
Las simulaciones realizadas en localidades clave de la zona núcleo como Villa María, Río Cuarto y Oncativo muestran que la siembra temprana en suelos cargados podría generar hasta 1.000 kilos adicionales por hectárea en comparación con suelos con baja disponibilidad de agua. Además, los rendimientos presentan menor dispersión, lo que garantiza una mayor estabilidad productiva y reduce el riesgo asociado a variaciones climáticas o eventos extremos.
El maíz temprano también ofrece ventajas frente a la soja, especialmente en términos de rentabilidad. En la zona núcleo, el margen neto proyectado por hectárea es de 264,4 dólares frente a 89,3 dólares en soja. En el norte de Córdoba, la diferencia es aún más marcada: 165,6 dólares contra 15,8 dólares, lo que confirma que anticipar la siembra puede traducirse en un beneficio económico significativo.

A este diferencial se suma la posibilidad de capturar precios más altos en la cosecha temprana, con un incremento aproximado de 6 dólares por tonelada respecto al tardío, y un plus adicional de entre 3% y 8% por comercializar entre abril y julio.
Beneficios agronómicos adicionales
Más allá de la rentabilidad, el maíz temprano aporta ventajas agronómicas que mejoran la eficiencia de la producción:
- Menor presión de plagas y enfermedades respecto de siembras tardías.
- Reducción de barbechos largos hasta diciembre, optimizando el uso del suelo.
- Mejor integración en rotaciones de cultivo, contribuyendo a la sustentabilidad de los sistemas productivos.
No obstante, la siembra temprana requiere una mayor demanda inicial de fertilización, lo que implica planificación técnica y financiera. Según Maizar, el balance productivo y económico compensa ampliamente esta inversión, convirtiendo al maíz temprano en una apuesta sólida para maximizar rendimiento y rentabilidad.

Maíz tardío: flexibilidad y consolidación
A pesar del protagonismo que adquiere el temprano, el maíz tardío seguirá siendo una pieza clave dentro de la estrategia agrícola. Su principal ventaja radica en la flexibilidad para aprovechar lluvias estivales y en un manejo agronómico ya consolidado, lo que lo hace indispensable para garantizar la producción en zonas con variabilidad climática o para ajustar la siembra según la disponibilidad de recursos.
Tres razones para apostar al temprano
Según el informe de Maizar, la fuerte recarga hídrica abre una ventana poco frecuente que ningún productor debería desaprovechar. Tres factores vuelven especialmente atractiva la siembra temprana:
- Mayor estabilidad y seguridad productiva: suelos cargados aseguran en promedio +1.000 kg/ha de maíz y menor riesgo ante variaciones climáticas.
- Posibilidad de capturar mejores precios: anticiparse a la cosecha permite posicionar la producción en un mercado con precios diferenciales entre abril y julio.
- Más eficiencia agronómica: menor presión de plagas, menos días de cultivo expuesto y mejor integración en rotaciones.

El informe concluye que se trata de una coyuntura poco frecuente que puede marcar la diferencia en la rentabilidad de la campaña 2025/26, reforzando al maíz temprano como la apuesta fuerte frente a la soja en las principales regiones productoras del país.
Con suelos excepcionales y un clima neutro proyectado, la combinación de altos rendimientos, estabilidad productiva y precios diferenciales coloca al cultivo como una opción estratégica para los productores que buscan maximizar su margen neto y eficiencia agronómica. La campaña 2025/26 se perfila, así, como un año favorables para quienes decidan anticipar la siembra, consolidando la posición del maíz frente a otros cultivos de la región.