Alerta climática en el norte argentino: lluvias intensas y riesgo de inundaciones hacia fin de año
A pocos días de finalizar 2025, el panorama climático en gran parte de la Argentina enciende señales de preocupación, especialmente en las provincias del norte. La persistencia de altas temperaturas combinadas con elevados niveles de humedad configura un escenario propicio para lluvias intensas y tormentas frecuentes, con potencial impacto en zonas urbanas y rurales.
Especialistas advierten que este patrón atmosférico no mostrará cambios significativos en el corto plazo. La recurrencia de eventos de inestabilidad y la abundante caída de agua esperada obligan a seguir de cerca la evolución del tiempo, ante el riesgo de anegamientos e inundaciones locales.
Calor, humedad y tormentas: un combo persistente
En gran parte del centro y norte del país se mantienen condiciones calurosas y muy húmedas, que elevan los valores de sensación térmica y favorecen el desarrollo de tormentas de masa de aire. Estos fenómenos suelen ser intensos pero de distribución irregular, lo que dificulta la previsión puntual de las zonas más afectadas.
Según explicó el especialista de Meteored, Christian Garavaglia, la masa de aire dominante continuará prácticamente sin modificaciones durante los próximos días. Este contexto, típico del verano, se ve agravado por la elevada carga de humedad, que actúa como combustible para lluvias intensas y de rápido desarrollo.

Frentes fríos que intensifican la inestabilidad
Las proyecciones de los principales modelos meteorológicos indican que al menos dos nuevos frentes fríos recorrerán el país de sur a norte antes de fin de año. Lejos de traer un alivio duradero, estos sistemas contribuirán a organizar y potenciar las lluvias y tormentas en amplias regiones.
El pasaje de estos frentes, al interactuar con el aire cálido y húmedo preexistente, incrementará la probabilidad de eventos severos, especialmente en el norte argentino. Las tormentas podrían presentar abundantes lluvias en cortos períodos, además de actividad eléctrica intensa y ráfagas.
NOA y NEA, las regiones más comprometidas
El cierre de 2025 se perfila como especialmente inestable en las provincias del NOA y del NEA. En estas regiones, la alta frecuencia de tormentas podría derivar en acumulados de lluvia muy elevados en pocos días.
Los pronósticos no descartan que en algunas zonas se superen localmente los 200 milímetros, un volumen significativo que aumenta el riesgo de crecidas repentinas, desbordes de arroyos y problemas en áreas urbanas con drenaje insuficiente.

Breve estabilidad en el centro del país
Mientras el norte continuará bajo un patrón inestable, la franja central del país experimentará una mejora temporaria durante el feriado del 25 de diciembre. Provincias de Cuyo y el centro argentino verán una marcada disminución de la actividad de lluvias y tormentas.
Sin embargo, este alivio será parcial y regional. En la franja norte, las tormentas aisladas persistirán, manteniendo un escenario de alerta que se extenderá incluso más allá de las celebraciones de fin de año.
Zona frontal estacionada y más lluvias en camino
Hacia el viernes 26, se espera que un sistema frontal quede prácticamente estacionado sobre el norte del país, sosteniendo las condiciones de inestabilidad. A esto se sumará el ingreso de un nuevo frente frío entre el sábado 27 y el domingo 28, reforzando el escenario lluvioso.

Posteriormente, los modelos anticipan que esta amplia zona frontal continuará activa sobre el NOA y el NEA durante el resto del año, con el aporte adicional de perturbaciones en niveles altos de la atmósfera.
Riesgo de inundaciones y llamado a la atención
La combinación de altas temperaturas, elevado contenido de humedad y sistemas frontales persistentes conforma un contexto favorable para lluvias recurrentes e intensas. Este patrón podría extenderse incluso hasta los primeros días de enero de 2026, incrementando los acumulados totales.
Por este motivo, los especialistas recomiendan seguir atentamente los pronósticos de corto plazo. La posibilidad de inundaciones locales por precipitaciones intensas en lapsos breves es un riesgo concreto, especialmente si los eventos se repiten durante varios días consecutivos. La prevención y el monitoreo constante serán claves para reducir impactos en lo que resta del año.
