Más agua sobre mojado: prevén intensas lluvias en campos ya inundados

Aunque todavía faltan algunos días para el fin de semana y los pronósticos pueden modificarse, la Oficina de Riesgo Agropecuario (ORA) encendió las alarmas: las primeras proyecciones marcan la posibilidad de lluvias intensas sobre el centro y norte bonaerense, en coincidencia con la tradicional “Tormenta de Santa Rosa”, que suele presentarse en torno al 30 de agosto.
La situación preocupa especialmente porque estas regiones arrastran un escenario complicado: más de un millón de hectáreas permanecen bajo el agua, según estimaciones de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap). Los excesos hídricos ya provocaron inundaciones, anegamientos, caminos rurales intransitables y serias dificultades productivas en buena parte de la Cuenca del Salado.
A nivel general, el sector agropecuario mantiene un clima de optimismo. La buena oferta de humedad permite proyectar rindes altos para los cultivos de fina y augura un arranque favorable para la siembra gruesa. Pero en los distritos afectados, la persistencia de las lluvias se transformó en un verdadero calvario.

Zonas con anegamientos y suelos saturados
La ORA señaló que los modelos meteorológicos muestran la posibilidad de que, durante el fin de semana, las lluvias vuelvan a concentrarse sobre áreas ya castigadas. El informe recuerda que la semana pasada se produjo una ciclogénesis en la zona núcleo pampeana, que derivó en descargas de gran intensidad.
De acuerdo con las mediciones de estaciones meteorológicas y datos satelitales corregidos, los mayores acumulados se dieron en el norte, noreste y sudeste de Buenos Aires, además de sectores de Santa Fe y Entre Ríos. Como resultado, los suelos de importantes áreas trigueras quedaron completamente recargados o con excesos temporarios, una situación que limita la capacidad de absorción frente a nuevas lluvias.
La ORA advirtió: “Las recargas son bienvenidas con vistas a la gruesa, pero habrá que evaluar el impacto para la fina en curso de cumplirse el pronóstico del fin de semana”. En otras palabras, mientras los cultivos de verano tendrán un colchón hídrico ideal para arrancar, los lotes de trigo podrían sufrir mermas si se prolongan los excesos.

Mapas de alerta y pronóstico de lluvias
Los mapas elaborados por el organismo muestran que las zonas con mayores precipitaciones previstas —superiores a 40 milímetros— coinciden con regiones que recientemente soportaron fuertes lluvias. El riesgo es que, con los perfiles ya saturados, los suelos no logren absorber nuevas descargas.
Las proyecciones marcan un escenario de reservas excesivas en el norte, noreste y sudeste bonaerense, el sudeste de Santa Fe y áreas de Entre Ríos. En estas regiones, la situación genera un doble efecto: por un lado asegura almacenajes óptimos para la siembra gruesa, pero al mismo tiempo provoca lagunas colmadas, suelos encharcados y caminos rurales intransitables.
En contraste, en provincias como Córdoba y Santiago del Estero las lluvias de la semana pasada fueron escasas o nulas, por lo que se observa un leve aumento del déficit hídrico. En La Pampa, las reservas se mantienen entre regulares y escasas, un escenario que preocupa a los productores locales.
Impacto productivo y social
Los excesos hídricos golpean con fuerza a los productores bonaerenses. Además de las pérdidas en lotes de fina, los anegamientos afectan la logística agrícola y ganadera, con caminos rurales inutilizables que complican la salida de la producción y el acceso a los establecimientos.

Desde Carbap insisten en que la cifra de más de un millón de hectáreas bajo el agua refleja la magnitud de la crisis. Para muchos establecimientos ganaderos, las praderas se encuentran inundadas, lo que reduce la oferta forrajera y obliga a suplementar con alimento comprado.
Una campaña con luces y sombras
El panorama climático argentino presenta un contraste marcado. Mientras a nivel nacional predomina el optimismo por una campaña con buenas perspectivas, en regiones puntuales el exceso de lluvias se convirtió en un factor de riesgo.
La Tormenta de Santa Rosa, que este año coincidirá con el sábado 30 de agosto, podría convertirse en un nuevo golpe para las zonas ya castigadas. De cumplirse los pronósticos, los excesos hídricos podrían profundizarse, generando pérdidas en trigo y complicaciones en la infraestructura rural.