Las claves del acuerdo del FMI y Argentina: reservas, superávit y dólar flotante

El Gobierno argentino y el Fondo Monetario Internacional (FMI) alcanzaron un acuerdo técnico clave para destrabar un desembolso de 2.000 millones de dólares, tras la primera revisión del programa económico firmado a comienzos de 2025. El pacto será evaluado la próxima semana por el Directorio del organismo y representa una validación del sendero fiscal, monetario y cambiario adoptado por la gestión de Javier Milei y Luis Caputo.
Todos los detalles del acuerdo con el FMI
Desde el Ministerio de Economía confirmaron que este nuevo entendimiento supone un “mejor acuerdo” respecto al anterior. El titular de Hacienda, en declaraciones al canal de streaming del oficialismo, anticipó que el nuevo programa incorporará ajustes y potencialmente redefinirá metas clave. Además, aseguró que el país podría retornar al mercado internacional de deuda antes de lo previsto, con colocaciones a una tasa del 8,75% anual si se concretan los recortes de tasas esperados en Estados Unidos.
En su comunicado, el FMI elogió el “fuerte arranque” del programa económico argentino a pesar de un entorno externo más desafiante. Resaltó los avances en materia de desinflación, crecimiento, reducción de la pobreza y el regreso de Argentina a los mercados de capital internacionales. El organismo valoró especialmente el compromiso con el ancla fiscal, la acumulación de reservas y la implementación de un régimen monetario más claro y restrictivo.

Una parte importante del desembolso aprobado será utilizada para cumplir con vencimientos inmediatos con el propio FMI. De hecho, el 1 de agosto, Argentina deberá devolver aproximadamente 650 millones de dólares, lo que reducirá el efecto neto del ingreso de fondos al Banco Central. Aun así, el monto representa una inyección significativa en el corto plazo.
Este acuerdo se enmarca dentro del programa Extended Fund Facility (EFF), y el último desembolso representa un 70% del total proyectado para este año. Las metas evaluadas por el staff técnico incluyeron especialmente el superávit primario y la acumulación de reservas internacionales. Si bien la revisión reconoció avances, el punto más complejo fue justamente el de reservas: según estimaciones privadas, al 13 de junio el Gobierno estaba unos 4.000 millones de dólares por debajo de la meta comprometida.

Para sortear este desfasaje, el Ejecutivo optó por dejar de intervenir directamente en el mercado cambiario oficial —salvo que el dólar alcance el techo de la banda— y comenzó a buscar mecanismos alternativos para incrementar sus tenencias. Uno de los métodos aplicados fue la compra de dólares por parte del Tesoro, utilizando ingresos por emisiones de deuda en moneda extranjera de provincias o empresas.
El FMI también se refirió al nuevo esquema cambiario implementado desde la salida del cepo, y sostuvo que “la transición a un régimen más flexible” se desarrolló de manera ordenada. Destacó que el tipo de cambio oficial se mantuvo dentro de la banda establecida, y que el proceso de normalización cambiaria avanzó sin sobresaltos, a pesar del escenario global complejo. Sin embargo, el comunicado no hizo mención al desarme de los instrumentos financieros conocidos como “Lefi” ni al reciente aumento de las tasas de interés, dos herramientas claves en la política monetaria actual.
Además de los avances en metas cuantitativas, el acuerdo renovado busca apuntalar una serie de reformas estructurales tendientes a generar una economía más abierta, competitiva y resiliente. Desde el FMI destacaron la necesidad de seguir mejorando el marco monetario y de avanzar con medidas que favorezcan el crecimiento y la inversión.

Para la segunda mitad del año, el panorama presenta menos presión en cuanto a acumulación de divisas, ya que se trata del trimestre posterior al cierre de la cosecha gruesa. Sin embargo, se prevé que el informe definitivo del staff técnico pueda incluir modificaciones en las metas originales, aunque desde el Gobierno evitaron anticipar detalles.
La revisión y eventual aprobación de este acuerdo por parte del Directorio del FMI será clave para mantener el sendero de estabilización que promueve el oficialismo, y tendrá también impacto directo sobre la confianza de los mercados en el corto plazo. El Gobierno busca sostener un programa económico ambicioso, anclado en el equilibrio fiscal, el saneamiento del balance del Banco Central y la liberalización progresiva del sistema financiero, con el objetivo final de recuperar el crédito externo y consolidar la estabilidad macroeconómica.