La Niña llega a Argentina: cómo podría impactar en las lluvias y el clima del país

La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA) confirmó esta semana que el fenómeno climático La Niña está oficialmente presente. Esto significa que se cumplieron los criterios de enfriamiento persistente de las aguas superficiales del Océano Pacífico Ecuatorial, en la región conocida como Niño 3.4, alcanzando los umbrales necesarios para su declaración oficial.
En Argentina, su llegada genera expectativas sobre cambios en el régimen de lluvias y temperaturas durante los próximos meses, con posibles contrastes marcados entre regiones del país. Si bien no impactará en la cosecha de trigo que ya está por concluir, sí podría afectar la campaña de soja y otros cultivos sensibles al déficit hídrico en verano.
Qué es La Niña y cómo actúa
La Niña es la fase fría del ENSO (El Niño-Southern Oscillation), un fenómeno climático que repercute inicialmente en el océano y, con cierto retraso, en la atmósfera global, alterando precipitaciones y temperaturas en diversas regiones del mundo.

Cuando La Niña se desarrolla en la primavera del Hemisferio Sur, como ocurre actualmente, existe un riesgo de impactos directos en Argentina y otros países de Sudamérica, como Colombia y Brasil. En muchos casos, los veranos bajo La Niña presentan lluvias inferiores al promedio en zonas productivas del país, especialmente en la Mesopotamia. Por el contrario, regiones del NOA, partes de Córdoba y San Luis suelen recibir lluvias más frecuentes y abundantes.
Cabe destacar que cada episodio de La Niña es distinto, por lo que los efectos pueden variar según su intensidad, duración y la dinámica atmosférica de cada año. Sin embargo, los especialistas advierten que existe un riesgo particular para la campaña de soja, ya que la combinación de déficit hídrico y altas temperaturas puede estresar los cultivos y afectar los rendimientos.

Pronóstico climático trimestral
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) actualizó recientemente el pronóstico climático trimestral, reflejando posibles impactos de La Niña en las precipitaciones. Según el informe, las zonas en marrón claro del mapa del SMN presentan altas probabilidades de lluvias por debajo de lo normal, incluyendo Misiones, Corrientes, Entre Ríos, este de Chaco, Formosa y Santa Fe, así como el noroeste de la Patagonia.
Por el contrario, el NOA tendría lluvias frecuentes y abundantes, como suele ocurrir en meses bajo la influencia de La Niña. Las demás provincias se esperan con precipitaciones dentro de lo normal, considerando que en primavera y verano la franja central del país suele registrar lluvias abundantes.
En cuanto a la temperatura, la mayor señal de valores superiores al promedio se concentraría en la zona centro, abarcando San Luis, Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires, mientras que el NOA presentaría temperaturas cercanas a lo habitual para la época del año.

Clima a corto plazo: días próximos y alerta de temperaturas
Para los próximos días, incluyendo el fin de semana del Día de la Madre, se espera un escenario de alta presión en el centro del país, con días mayormente soleados y un descenso de temperaturas durante las mañanas, con mínimas que podrían llegar a 10°C en algunas provincias.
El norte del país continuará con condiciones inestables, presentando lluvias aisladas y mejoras temporarias, mientras que la mejora definitiva se prevé para el domingo 19 de octubre.
Hacia la semana siguiente (del 20 al 24 de octubre), se esperan condiciones nuevamente cálidas y el retorno de lluvias intermitentes, que podrían volverse significativas en la segunda mitad de la semana, especialmente en regiones del norte y centro del país.

Perspectivas y recomendaciones
El arribo de La Niña obliga a productores, autoridades y ciudadanos a estar atentos a los posibles contrastes climáticos entre regiones. Para el sector agropecuario, la información es clave para planificar riegos, proteger cultivos sensibles y tomar decisiones estratégicas en la próxima campaña de soja y maíz.
Si bien la fase fría del ENSO puede traer beneficios en algunas regiones con exceso de lluvias, también aumenta la vulnerabilidad de zonas que podrían experimentar déficit hídrico. Por ello, el seguimiento de los pronósticos oficiales y la adopción de medidas preventivas será fundamental para mitigar los riesgos asociados al fenómeno.