Javier Milei propuso flexibilizar normas para facilitar el uso de dólares informales


El presidente Javier Milei reafirmó su visión económica basada en la desregulación y la libertad monetaria, al anunciar que el Gobierno trabaja en la flexibilización de normativas para facilitar el uso de dólares ahorrados fuera del sistema financiero, comúnmente llamados “dólares del colchón”, durante su participación en el 42° Congreso del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF).

Milei explicó que el Ministerio de Economía, el Banco Central (BCRA) y la recientemente creada Administración Federal de Ingresos Públicos Alternativa (ARCA) están desarrollando medidas que apuntan a generar mayor confianza en el uso del dólar como moneda de curso legal en transacciones cotidianas. “Estamos trabajando para que nadie sea perseguido por utilizar los dólares del colchón”, sostuvo el mandatario ante un auditorio compuesto por empresarios, banqueros y analistas financieros.

Libertad monetaria y miedo a la persecución

Según el presidente, la posibilidad de realizar operaciones en dólares ya está habilitada legalmente, pero no se utiliza plenamente por temor. “Nosotros hemos permitido y está permitido hoy que todos los individuos puedan hacer transacciones en la moneda que se les dé la gana, la promesa de campaña la cumplí. Pero no lo hacen porque tienen miedo de dejar los dedos marcados y que ARCA los vaya a perseguir”, afirmó. De esta manera, el presidente dejó en claro que busca despejar temores sobre eventuales investigaciones fiscales a quienes decidan blanquear ahorros no declarados.

Javier Milei, dólares

Milei también defendió a quienes en años anteriores retiraron sus ahorros del sistema bancario o los enviaron al exterior, al sostener que “los que fugaron la plata no son delincuentes, son héroes”. Este tipo de declaraciones, aunque polémicas, están en línea con su visión crítica del sistema regulatorio argentino y su prédica constante contra la intervención estatal.

El jefe de Estado retomó además una de sus banderas más emblemáticas: la dolarización. Pero en esta ocasión, habló de un proceso que definió como “dolarización endógena”, una dinámica según la cual los propios ciudadanos, al utilizar sus dólares ahorrados para transacciones cotidianas, irían desplazando al peso de manera progresiva, sin necesidad de una medida formal o abrupta desde el Estado.

“Conforme los individuos necesitan hacer más transacciones, van a poder usar los dólares del colchón; el resultado es que cada vez va a haber más dólares circulando”, señaló. En ese marco, anticipó un escenario en el que, eventualmente, la economía esté tan dolarizada de facto que podría llevar al cierre definitivo del Banco Central. “Va a haber un momento en que van a ser tantos los dólares respecto de los pesos, que ese día, si se nos da la gana, vamos a poder cerrar el Banco Central y liberarnos de los políticos ladrones de acá a la eternidad”, sentenció.

Las palabras de Milei, como es habitual, generaron repercusiones inmediatas tanto en el ámbito político como en el financiero. Para algunos sectores del empresariado, las declaraciones refuerzan el compromiso del Gobierno con la liberalización económica, aunque persisten dudas sobre la implementación técnica de estas medidas y su impacto sobre la recaudación y la transparencia financiera.

Expertos advierten, además, que sin un marco legal claro y con reglas estables, la confianza que el Gobierno busca generar podría verse limitada. La propuesta de cerrar el Banco Central, en tanto, sigue siendo uno de los puntos más controvertidos del ideario mileísta, y su viabilidad sigue siendo cuestionada por amplios sectores del arco político y económico.

Javier Milei, dólares

Un nuevo capítulo en la agenda de Javier Milei

Con este nuevo discurso, Javier Milei refuerza su narrativa libertaria y su apuesta por desarmar los mecanismos tradicionales del control estatal sobre la economía. El mensaje, claramente dirigido a los sectores más afines a su ideología, plantea un escenario disruptivo: una economía desregulada, donde los ciudadanos elijan libremente su moneda y el rol del Estado como regulador se vea profundamente recortado.

Resta por ver cómo estas ideas se plasmarán en políticas concretas y qué efectos tendrán sobre el sistema financiero argentino y sobre una sociedad históricamente marcada por la volatilidad monetaria y la informalidad.