Inundaciones en Buenos Aires: más de 3 millones de hectáreas afectadas y familias aisladas

La provincia de Buenos Aires atraviesa una crisis hídrica sin precedentes, con más de 3 millones de hectáreas afectadas por inundaciones o imposibilidad de acceso a los campos. La Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP) alertó sobre la gravedad de la situación y reclamó acciones inmediatas a las autoridades para mitigar los daños y proteger a las familias rurales.
La dimensión de la emergencia
Según los informes más recientes de CARBAP, las intensas lluvias de fines de agosto y la primera semana de septiembre agravaron un problema que ya era crítico. Inicialmente concentradas en partidos como Bolívar, 25 de Mayo, Carlos Casares, 9 de Julio e Hipólito Yrigoyen, las inundaciones se han extendido y hoy comprometen 1,5 millones de hectáreas en el centro bonaerense. Si se considera toda la cuenca del río Salado, la superficie afectada supera los 2 millones de hectáreas bajo agua o con graves problemas de anegamiento.
A estas cifras se suman terrenos que, aunque no estén completamente inundados, no pueden ser trabajados por la maquinaria o son inaccesibles, elevando el total de hectáreas afectadas y en riesgo para la producción a más de 3 millones. La magnitud del problema supera cualquier registro reciente y amenaza con generar pérdidas productivas históricas si no se toman medidas inmediatas.

Impacto en la vida rural
La crisis hídrica tiene consecuencias más allá del sector agropecuario. CARBAP enfatizó que “la vida rural está paralizada”. Muchos parajes rurales permanecen aislados, impidiendo que los niños concurran a la escuela, que las ambulancias lleguen en emergencias médicas y que los productores puedan trasladar productos esenciales como leche y granos. Los caminos se han convertido en trampas de barro y agua, lo que dificulta incluso las tareas básicas del día a día.
Los tambos, por ejemplo, enfrentan pérdidas significativas al no poder trasladar la leche a los centros de acopio, mientras que los productores de granos y oleaginosas ven cómo un año entero de esfuerzo se pierde frente a sus ojos producto de las inundaciones, generando una combinación de frustración y preocupación económica.

Reclamos al Gobierno
Frente a este panorama, CARBAP insistió en la concreción de obras hídricas postergadas, incluyendo desagües, represas y canales de evacuación, que permitan prevenir futuras inundaciones. Además, la entidad solicitó la aplicación inmediata de la Ley de Emergencia Agropecuaria, con prórrogas impositivas y líneas de financiamiento específicas a través del Banco Nación y el Banco Provincia, para que los productores puedan sostenerse y recuperarse de la crisis.
La organización recordó que ha sido la primera en alertar sobre la emergencia hídrica, elaborando informes y reclamando soluciones cuando el problema aún no era visibilizado por otras entidades ni por las autoridades locales.

Perspectiva de futuro
CARBAP advirtió que detrás de cada hectárea inundada hay vidas, futuro y esperanza, y que la demora en la implementación de soluciones estructurales pone en riesgo no solo la producción agrícola, sino también la vida cotidiana de miles de familias rurales.
La entidad concluyó que la situación de las inundaciones exige respuestas inmediatas, concretas y responsables, antes de que los daños se profundicen aún más, subrayando que no se puede permitir que cada lluvia extraordinaria se convierta en una tragedia anunciada. La comunidad rural espera que las autoridades actúen con rapidez para que la emergencia hídrica deje de ser una amenaza recurrente y se logre proteger tanto a la producción como a las familias que dependen de ella.
Además de los reclamos por infraestructura y asistencia económica, CARBAP hizo hincapié en la necesidad de un plan integral de prevención de inundaciones, que incluya monitoreo constante de las cuencas, mantenimiento de canales y drenajes, y coordinación entre municipios, provincia y Nación.