El detalle de la asistencia por las inundaciones: créditos y prórrogas
Las inundaciones que golpearon a 9 de Julio y gran parte del centro de la provincia de Buenos Aires dejaron una postal repetida: campos bajo el agua, caminos rurales intransitables y pérdidas productivas totales en zonas donde no habrá cosecha. Frente a esta situación, la respuesta oficial llegó en forma de financiamiento: el Banco Nación anunció una línea de créditos y prórrogas de vencimientos, medidas que para muchos productores representan más deuda en un contexto sin ingresos.
La decisión se conoció tras una reunión en la que participaron la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el secretario de Agricultura, Sergio Iraeta, ante más de 400 productores que expusieron la gravedad del impacto climático.
Créditos con tasa fija y monto máximo de $50 millones
La herramienta central de asistencia es una línea de capital de trabajo en pesos, a sola firma, destinada a clientes MiPyMEs del sector agropecuario. La propuesta contempla un monto máximo de $50 millones, tasa fija del 30% y un plazo total de 36 meses, que incluye 12 meses de gracia para el pago del capital.
Los pagos podrán ser mensuales, trimestrales o semestrales, según el flujo de ingresos previsto por cada productor. Sin embargo, para aquellos que perdieron todo producto de las inundaciones, desde cultivos hasta infraestructura básica, la ayuda se traduce en endeudarse para volver a empezar. Esa condición generó malestar entre productores que esperaban compensaciones directas o aportes no reintegrables.

Prórrogas que generan alivio, pero no resuelven el problema
Además de los créditos, el Banco Nación dispuso una prórroga de hasta 60 días para operaciones comerciales con vencimientos entre noviembre y diciembre. El plazo podría extenderse si se declara la emergencia o desastre agropecuario a nivel nacional.
Pero en el campo advierten que el alivio es solo temporal: si no hay cosecha, no hay ingresos con los que pagar, ni ahora ni dentro de dos meses. Productores y entidades rurales señalan que la medida vuelve a exponer la falta de una política preventiva y estructural ante fenómenos de inundaciones que se repiten año tras año.
La Provincia refuerza la asistencia y reactivó comités de cuenca
Paralelamente a las medidas financieras, funcionarios provinciales y nacionales se reunieron en 9 de Julio para coordinar acciones de emergencia y evaluar soluciones a mediano plazo. Participaron autoridades de Infraestructura, Desarrollo Agrario, Hidráulica, Seguridad y Vialidad, junto con la intendenta María José Gentile.

El encuentro se dio en el marco de la reactivación de los Comités de Cuencas Hídricas, impulsados por la Autoridad del Agua (ADA), considerados clave para la gestión del recurso en territorios vulnerables a inundaciones.
Durante el año, la Provincia destinó $2.000 millones para el mantenimiento de caminos rurales y puso a disposición maquinaria pesada para terraplenes, defensas y desagotes. Según la ADA, “ha caído más del doble del agua habitual”, lo que explica la saturación de suelos y sistemas de drenaje.
Avances del Plan Maestro del Río Salado
En paralelo, el Gobierno bonaerense busca avanzar en el Plan Maestro de la Cuenca del Río Salado, una obra estructural para prevenir inundaciones que impacta en 59 municipios y 8 millones de hectáreas productivas.

Si bien los tramos I, II y III están finalizados, el tramo IV tiene avances parciales y el V —que incluye la construcción del Nodo Bragado, clave para mejorar el drenaje— sigue pendiente de ejecución completa. El financiamiento proviene del Fondo de Infraestructura Hídrica, sostenido con parte del Impuesto a los Combustibles.
Un cierre marcado por la incertidumbre
En un escenario donde las pérdidas productivas son totales en muchas zonas, la asistencia financiera aparece como un salvavidas limitado. Los productores advierten que sin obras estructurales, los créditos solo permiten volver al punto de partida, mientras el riesgo de nuevas inundaciones continúa intacto. Entre el agua y la deuda, el campo espera respuestas que vayan más allá de la emergencia.
