La intención de siembra de maíz creció 9,6% para la campaña 2025/26


Tras un año marcado por la incertidumbre que generó la plaga de la chicharrita del maíz, los productores argentinos comienzan a mostrar señales de recuperación en sus planes de siembra. Según el relevamiento de pre-campaña de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), la superficie destinada a maíz con destino a grano crecería en la campaña 2025/26 hasta 7,8 millones de hectáreas, lo que implica un aumento interanual del 9,6%.

El dato representa una clara mejora frente a la campaña anterior, cuando la amenaza sanitaria derivada de la chicharrita llevó a muchos productores a reducir drásticamente el área implantada. Sin embargo, el área proyectada aún se ubica 7,1% por debajo del ciclo 2023/24, lo que evidencia que persiste cierta cautela en las decisiones.

La chicharrita: de la alarma a la gestión del riesgo

Uno de los factores centrales detrás de la recuperación en la intención de siembra es la mayor información disponible sobre la plaga, que en el ciclo pasado sorprendió a gran parte de la producción con daños considerables. La experiencia acumulada y las estrategias de manejo incorporadas en la última campaña permiten hoy a los productores encarar el nuevo ciclo con herramientas más sólidas para reducir el riesgo.

En este marco, se observa una clara inclinación hacia las siembras tempranas, que permiten escapar a los picos de presión de la plaga. La buena disponibilidad de humedad en los perfiles del suelo, producto de un otoño e invierno con abundantes precipitaciones, favorece esta estrategia.

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Un escenario internacional de abundancia

La campaña de maíz 2025/26 se desarrolla también en un contexto internacional de fuerte producción. Estados Unidos alcanzaría un récord histórico, mientras que Brasil consolidaría una de sus mayores cosechas. A nivel global, tanto la producción como el consumo muestran proyecciones en alza, impulsados por la demanda de alimentación animal, etanol e industria.

En cuanto a los stocks finales mundiales, la BCBA destaca un incremento respecto del ciclo previo, principalmente por mayores existencias en Ucrania. Este panorama internacional contribuye a estabilizar los precios, aunque en Argentina la rentabilidad proyectada sigue siendo ajustada, condicionada por los costos y la relación con la soja.

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¿Dónde crecerá la siembra?

La recuperación del área de maíz será desigual según la región.

  • Norte del área agrícola (NOA y NEA): se proyecta un aumento considerable del área a expensas de cultivos regionales y soja, aunque sin llegar todavía a los niveles previos a la última campaña.
  • Centro-norte de Córdoba y zona núcleo: se espera una marcada recuperación del área perdida por la plaga en la campaña pasada. En estas regiones, la humedad disponible y la preferencia por siembras tempranas refuerzan el protagonismo del maíz frente a cultivos como soja, sorgo y maní.
  • Sur de Córdoba: donde la plaga no tuvo gran impacto, la elección entre maíz y soja estará determinada por la comparación de márgenes económicos.
  • Sur del área agrícola: los excesos hídricos que limitaron el área de trigo dejan al maíz como principal candidato para ocupar los lotes, junto con el girasol.

El clima, la variable decisiva

El informe de la BCBA subraya que el clima será determinante para el desarrollo de la campaña. El inicio del ciclo muestra perfiles bien provistos de humedad, gracias a un otoño con lluvias y temperaturas superiores a lo normal. Además, las intensas heladas del invierno ayudaron a cortar ciclos de plagas, lo que se interpreta como un factor positivo de cara a la implantación.

De aquí en adelante, la evolución climática marcará el rumbo. La primavera presentaría un incremento gradual de la circulación tropical y precipitaciones distribuidas de manera cercana a lo normal, aunque con una marcha algo irregular. Para el verano 2026, se prevé que las lluvias se mantendrán en valores normales en la mayor parte del área agrícola, con riesgos de excesos hídricos en el NOA, el Chaco y el norte de la Mesopotamia, y con déficits en el sur de Cuyo y el sudoeste de la Región Pampeana.

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Un ciclo de transición

La campaña de maíz 2025/26 se perfila como un ciclo de transición entre el impacto de la chicharrita y la búsqueda de un equilibrio productivo. La superficie crecerá, pero no alcanzará aún los niveles previos a la plaga. La buena humedad inicial y las expectativas internacionales de abundancia abren la puerta a una cosecha relevante, aunque las decisiones de manejo y la evolución climática serán claves para consolidar el optimismo.