Independiente y San Lorenzo empataron en Avellaneda y el bajón sigue en ambos lados

Independiente y San Lorenzo igualaron 1 a 1 en el estadio Libertadores de América-Ricardo Enrique Bochini, en un clásico que expuso las crisis futbolísticas e institucionales de ambos equipos. Los goles fueron obra del juvenil Facundo Gulli para el Ciclón y de Nicolás Tripichio, en contra, para el Rojo. El resultado dejó más dudas que certezas.
Un clásico marcado por las urgencias
El duelo, correspondiente a la novena fecha del Torneo Clausura, tuvo un contexto cargado de tensión. Independiente llegó a este compromiso con el interinato de Carlos Matheu, acompañado por Eduardo Tuzzio, luego de la salida de Julio Vaccari, que no logró sumar triunfos en el torneo local. La expectativa por un cambio anímico no alcanzó y el empate prolongó la sequía.
En la vereda de enfrente, San Lorenzo atraviesa un momento aún más complejo. El club se encuentra acéfalo, sin conducción firme, luego de la salida de Marcelo Moretti de la presidencia tras apenas 21 meses. A esto se sumaron las renuncias masivas de 13 dirigentes en la última reunión de Comisión Directiva, lo que refleja la crisis institucional que atraviesa Boedo.

Así, el clásico entre Independiente y San Lorenzo llegó como un refugio para buscar alivio, pero terminó siendo un reparto de puntos que no conformó a nadie.
Primer tiempo de estudio y golpe azulgrana
Los primeros minutos en Avellaneda fueron de estudio, con San Lorenzo proponiendo presión alta para incomodar la salida del local. Rodrigo Rey tuvo que intervenir rápidamente ante un remate de Matías Reali y luego Iván Marcone desvió un centro que llevaba destino de gol.
Independiente tardó en responder, pero lo hizo con un tiro de esquina que le quedó a Diego Tarzia, cuyo zurdazo pasó cerca del ángulo superior derecho del arco defendido por Orlando Gill. El Rojo insinuaba, pero sin contundencia.
La diferencia llegó en la primera jugada clara del visitante. El juvenil Facundo Gulli quedó mano a mano con Rey y definió con frialdad para abrir el marcador. El gol golpeó anímicamente al local y reforzó la idea de que los de Boedo podían llevarse algo más que un empate de Avellaneda.
La reacción del Rojo y el empate
En el complemento, Independiente salió con otra actitud. El aliento de su gente empujó al equipo hacia el área rival y las aproximaciones comenzaron a multiplicarse. La insistencia encontró premio a los 68 minutos, aunque con fortuna.
Tras un córner ejecutado desde la derecha, Nicolás Tripichio intentó anticipar a Kevin Lomónaco y terminó convirtiendo en contra de su propia valla, desatando el desahogo de los hinchas rojos. El empate equilibró el trámite, pero ninguno de los dos equipos tuvo la jerarquía suficiente para inclinar la balanza en los minutos restantes.
El clásico se consumió en un 1 a 1 que dejó sensaciones de insatisfacción: Independiente no pudo cortar su mala racha y San Lorenzo sigue sin encontrar el rumbo futbolístico ni institucional.

Lo que viene para el Rojo y el Ciclón
El futuro inmediato tampoco da respiro. Independiente espera con ansias el debut de Gustavo Quinteros, quien asumirá la conducción técnica en el clásico de Avellaneda contra Racing, a disputarse el próximo domingo en el Cilindro. El desafío no será menor: dar un golpe de autoridad en un momento de reconstrucción.
San Lorenzo, por su parte, intentará cambiar el ánimo cuando reciba a Godoy Cruz en el Nuevo Gasómetro. La misión será volver a sumar de a tres para no perder terreno en la lucha por la clasificación a los octavos de final, aunque la crisis dirigencial sigue siendo un condicionante.
Mientras tanto, los juveniles dirigidos por Damián Ayude intentan sostener el espíritu competitivo, pero la falta de respuestas a nivel institucional y la necesidad de resultados presionan cada vez más a un club que lleva demasiado tiempo lejos de su mejor versión.
En definitiva, el clásico se cerró con un empate que no alivió las urgencias de ninguno de los dos grandes, que deberán rearmarse rápidamente para enfrentar compromisos decisivos en el corto plazo.