Importaciones de autos: el Gobierno flexibiliza el régimen con nuevas condiciones

El Gobierno nacional oficializó este martes una nueva normativa que cambia radicalmente el esquema de importación de autos en Argentina. Con la Resolución 271/2025, publicada en el Boletín Oficial, cualquier ciudadano argentino podrá importar autos 0 kilómetro por cuenta propia, sin necesidad de recurrir a concesionarias o importadores oficiales.
El nuevo régimen establece condiciones más simples y reconoce homologaciones internacionales, permitiendo así que particulares importen un vehículo por año calendario. La medida representa un giro importante en la política automotriz del país, ya que hasta ahora el proceso estaba fuertemente restringido y controlado por intermediarios y entes especializados.
Certificaciones más ágiles para la importación de autos
Una de las claves de la resolución es la flexibilización de la Licencia de Configuración de Modelo (LCM), el permiso que exige el Estado argentino para comprobar que un vehículo cumple con las normas de seguridad activa y pasiva. A partir de ahora, se aceptarán certificaciones internacionales emitidas por organismos reconocidos por Naciones Unidas (TRANS/WP.29/343), sin necesidad de repetir los ensayos en el país.
Además, se habilita la posibilidad de tramitar la Constancia de Validación de Homologación Extranjera (CVHE) para diversas categorías de vehículos, como autos particulares (M1), utilitarios (N1, N2 y N3) y motos (L1, L3). Esto permitirá validar modelos ya aprobados en otros mercados, siempre que la documentación técnica esté disponible para ser auditada por la autoridad nacional.
En el caso de los vehículos que ya cuentan con una LCM o CVHE registrada ante el Registro del Automotor, los particulares no deberán realizar nuevos trámites y podrán inscribir sus autos directamente, aunque no podrán venderlos durante los primeros dos años desde su nacionalización.
Tarifas en Unidades Retributivas y nuevos actores
La resolución establece una tabla de aranceles en Unidades Retributivas (UR), con valores que varían según el trámite. Por ejemplo, la obtención de una LCM nueva para autos o camionetas requerirá el pago de 12.000 UR, mientras que la validación de homologaciones extranjeras tendrá un costo de 400 UR. Los pagos deberán efectuarse a través de la plataforma estatal e-recauda, con comprobante obligatorio al momento de iniciar la gestión.
También se habilita a la Subsecretaría de Gestión Productiva a firmar convenios con organismos extranjeros para reconocer certificados y laboratorios internacionales. En materia técnica, se exigen normas de calidad para las plantas o laboratorios como ISO 9001, ISO 14001 o acreditación ante el INTI o el OAA.

Más transparencia y control
Si bien se habilita a los particulares a importar, el Gobierno no descuida los controles. La Subsecretaría podrá realizar auditorías técnicas y planes de fiscalización, e incluso someter vehículos a ensayos para comprobar la veracidad de la información declarada.
También se establecen criterios claros para las actualizaciones administrativas y técnicas de las licencias. En caso de que el modelo sufra modificaciones, se exigirá nueva documentación y se deberá volver a evaluar su aprobación.
Respecto de los concesionarios oficiales, especialmente los ubicados en Tierra del Fuego, la normativa simplifica trámites cuando se importa desde el continente hacia la isla, siempre que el modelo ya cuente con LCM vigente. Si se importa desde otros países, deberán solicitar la extensión correspondiente.

Nuevo paradigma
La resolución 271/2025 deroga más de 40 normas previas, consolidando un régimen único, simplificado y adaptado a los estándares internacionales. Mantienen vigencia algunas disposiciones específicas, como la Resolución 15/2019, pero en general se trata de un marco más moderno y abierto.
Desde este 3 de julio, la norma entrará en vigencia y comenzará a regir el nuevo sistema. Se espera que esta flexibilización facilite el acceso a modelos no disponibles en el país y promueva una mayor competitividad en el mercado automotor, aunque con un fuerte componente de regulación técnica y control estatal.