Huracán dio el golpe en Arroyito: 1‑0 a Rosario Central y pasó a semifinales

Con personalidad, orden y un cabezazo demoledor de Walter Mazzantti, Huracán sorprendió a Rosario Central en el Gigante de Arroyito, se impuso 1‑0 y se metió entre los cuatro mejores del Torneo Apertura 2025. El “Globo” de Frank Kudelka dejó en el camino al equipo con mejor registro de la fase regular y ahora aguarda por Boca o Independiente, que definirán este lunes el rival de la próxima instancia.
Un plan que salió a la perfección
Desde el arranque se percibió la hoja de ruta del visitante: presión alta para incomodar la salida de Central, laterales profundos y verticalidad por bandas. A los 5 minutos llegó la primera advertencia: córner de Nicolás Cordero y frentazo ancho de Fabio Pereyra. Un minuto después, una desinteligencia entre Jorge Broun y Carlos Quintana casi termina en gol en contra; fue el presagio de una noche incómoda para la última línea auriazul.
El premio a la ambición de Huracán llegó a los 21’. César Ibáñez desbordó por izquierda, se inventó un autopase acrobático y lanzó un centro teledirigido al segundo palo. Allí apareció Mazzantti, que le ganó la espalda a Sandez y fusiló de cabeza a Broun. El 1‑0 silenció al Gigante y reafirmó la confianza del elenco de Parque Patricios.

Central, sin chispa ni puntería
El conjunto de Ariel Holan tardó media hora en acomodarse. A los 34’, Ignacio Malcorra puso un tiro libre perfecto en la cabeza de Juan Cruz Komar, pero el central definió al medio y Hernán Galíndez controló sin problemas. Cuatro minutos más tarde, Quintana asistió a Santiago López, cuyo zurdazo se fue por encima del travesaño.
En el complemento, Central adelantó líneas y apostó todo a la sociedad Malcorra‑Jaminton Campaz. A los 8’ el colombiano metió un centro venenoso que Enzo Copetti cabeceó apenas desviado. Seis minutos después, el ingresado Gaspar Duarte probó una chilena tras rebote de Galíndez y obligó al ecuatoriano a lucirse con un manotazo al córner.
La igualdad pareció consumarse a los 19’. Malcorra robó alto y envió un centro rasante que Copetti empujó a la red, pero el VAR confirmó el offside milimétrico del delantero y el grito quedó en la garganta de los rosarinos.
Gestión de ventaja y corazón
Con el reloj como aliado, Huracán se abrazó a la solidez de su zaga Pereyra‑Mallo y apostó al contragolpe. Sobre los 39’, Leonardo Sequeira se escapó mano a mano y definió cruzado, pero el asistente invalidó la acción por posición adelantada. La última emoción fue local: córner de Malcorra y testazo de Mallo que rozó el poste.
El pitazo final de Pablo Echavarría desató el festejo de los hinchas quemeros que coparon el codo visitante. Para Central, la derrota duele doble: cortó una racha de siete triunfos consecutivos en casa y truncó la ilusión de pelear el título que había cimentado como líder de la fase regular.
Las claves del triunfo
- Efectividad temprana
Huracán golpeó en su momento de mayor dominio y luego administró energías con orden táctico. - Ibáñez y Mazzantti, sociedad letal
El lateral fue una flecha por izquierda y el extremo definió con jerarquía la jugada del gol. - Galíndez, salvador
El arquero desactivó tres chances netas (Komar, Duarte y Copetti) y sostuvo la mínima ventaja. - Central, previsible
Excesiva dependencia de Malcorra para la pelota parada y poco desborde por bandas; Campaz y Copetti lucharon más de lo que jugaron.

Huracán, que ya había mostrado credenciales al quedarse con el Grupo C de la Copa Sudamericana, ratifica su buen presente local y se instala en semifinales por segundo torneo consecutivo. Su rival saldrá del ganador de Boca‑Independiente; la Liga definirá sede y horario en las próximas horas, aunque se especula con el fin de semana venidero en cancha neutral.
Rosario Central, en cambio, deberá reponerse rápido: el jueves visitará a Nacional de Potosí con la obligación de ganar para seguir con vida en la Sudamericana. Holan reconoció en conferencia que “la eliminación duele, pero tenemos metas internacionales por delante”.
En una noche de tensión y emociones, Huracán impuso su plan, sostuvo la ventaja y escribió un capítulo dorado que lo mantiene en la pelea por el primer título de la era Kudelka. El Globo vuela alto y sueña despierto.