Un hongo aliado: alternativa natural para proteger el maíz y evitar intoxicaciones en el ganado


Investigadores de la UNNE presentaron resultados alentadores sobre el uso del hongo Trichoderma como herramienta de control biológico para reducir la propagación de Stenocarpella maydis, un patógeno que afecta los cultivos de maíz y representa un riesgo para la ganadería. La investigación fue presentada en el VI Congreso de Microbiología Agrícola y Ambiental, realizado en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires bajo el lema «Del ambiente a la aplicación: microorganismos para el desarrollo sustentable».

El equipo de trabajo estuvo integrado por la ingeniera agrónoma Mgter. Celsa Noemí Balbi, la doctora Susana Gutiérrez y el estudiante Nelson Carlos Monasterio Díaz. Su estudio, titulado «Antagonismo in vitro de tres aislados de Trichoderma sobre Stenocarpella maydis», busca alternativas naturales para controlar enfermedades en uno de los cultivos más importantes de Argentina, cuyo principal destino es la alimentación del ganado.

Una amenaza para la producción y la ganadería

El maíz constituye un pilar fundamental de la economía agrícola. Sin embargo, durante su ciclo de crecimiento, el cultivo enfrenta diversas amenazas causadas por hongos que afectan tanto el rendimiento como la calidad del grano. Durante la temporada 2023/2024, los investigadores detectaron la presencia del hongo Stenocarpella maydis en cultivos de Chaco y Corrientes.

Este hongo afecta hojas, tallos y espigas, y puede permanecer en los restos del cultivo tras la cosecha. La preocupación de los productores se centra en que S. maydis puede provocar diplodiosis, una enfermedad neurotóxica en el ganado bovino al consumir maíz contaminado, afectando seriamente la productividad del sector ganadero.

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El control biológico como alternativa

Ante esta problemática, el equipo de la UNNE exploró el control biológico, que consiste en utilizar organismos vivos para combatir plagas o enfermedades. Para ello, emplearon tres variedades de Trichoderma, un hongo beneficioso conocido por su capacidad de inhibir otros hongos dañinos.

Dos de estas variedades fueron aisladas directamente de silos y restos de maíz locales, identificadas como Ts y Tr, mientras que la tercera, Trichoderma virens (Tv), provino de suelos arroceros de la región.

En condiciones de laboratorio, los investigadores cultivaron juntos S. maydis y las tres variedades de Trichoderma, obteniendo resultados prometedores. Las inhibiciones registradas fueron de 75,8 % para Ts, 73,7 % para Tr y 63,4 % para Tv, evidenciando que los hongos benéficos lograron colonizar el espacio antes que el patógeno, superándolo en la competencia por territorio.

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Diferencias en la acción de cada variedad

El estudio mostró que Ts y Tr establecieron contacto con el hongo dañino en 48 horas, mientras que Tv necesitó 72 horas. Además, cada variedad presenta un mecanismo distinto de acción: Ts penetra directamente la estructura de S. maydis, mientras que Tr actúa enrollándose alrededor de los filamentos del patógeno, causando deterioro progresivo y la formación de vacuolas dentro de sus células.

Estos hallazgos son clave, ya que demuestran formas efectivas de antagonismo que pueden ser aplicadas directamente en el campo, reduciendo el riesgo de propagación del hongo y la posterior intoxicación del ganado bovino.

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Perspectivas para los productores

Los resultados preliminares de la investigación abren una alternativa prometedora para los productores de la región. El biocontrol con Trichoderma podría convertirse en una herramienta práctica y sostenible, disminuyendo la dependencia de fungicidas químicos y ofreciendo un método natural para proteger los cultivos y la salud animal.

Según los investigadores, la aplicación de estas variedades podría integrarse a estrategias de manejo agrícola, reduciendo focos de infección y asegurando la calidad del maíz destinado al consumo ganadero. Además, al ser una técnica biológica, contribuye al desarrollo sustentable, promoviendo la producción agrícola responsable y la seguridad alimentaria en el norte argentino.

En conclusión, el estudio de la UNNE demuestra que los hongos pueden ser aliados en la lucha contra otros hongos dañinos, ofreciendo a los productores herramientas innovadoras, naturales y eficaces para enfrentar desafíos sanitarios y productivos en el maíz, uno de los cultivos más estratégicos del país.