Productores en emergencia: un millón de hectáreas inundadas y reclamos sin respuesta


Las intensas lluvias de julio y agosto dejaron más de un millón de hectáreas inundadas en la provincia de Buenos Aires, en un escenario que golpea tanto a la producción agropecuaria como a la vida cotidiana de las comunidades rurales. A pesar de que en las últimas semanas se registró cierta estabilidad climática, el agua aún no drena de los campos, paralizando la actividad y generando pérdidas millonarias.

La Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap) advirtió que la situación de las hectáreas inundadas es crítica y que requiere de medidas inmediatas para evitar el colapso productivo y social. En un documento difundido por la entidad, los productores reclaman créditos blandos, disponibilidad de maquinaria, alivio impositivo y la reactivación de la obra del Río Salado, una infraestructura largamente demorada que podría haber mitigado el impacto de la crisis.

Zonas más afectadas por el agua

El relevamiento de Carbap reveló que en solo una semana la superficie bajo agua creció un 40%, evidenciando la rapidez con que se agrava la emergencia. “Se trata de un panorama que hacía muchísimos años no se veía en la provincia”, sostuvo la entidad, al tiempo que alertó que, de no mediar respuestas, el daño podría ser irreversible para numerosos establecimientos agropecuarios.

Inundaciones, campo, Buenos Aires

Los distritos con más hectáreas inundadas son Bolívar, 25 de Mayo, Carlos Casares, Hipólito Yrigoyen y 9 de Julio, aunque también se sumaron Pehuajó, Lincoln y General Viamonte, que en los últimos días recibieron entre 80 y 100 milímetros adicionales. Para muchos productores, el escenario es desesperante y sin margen de espera.

Impacto social y productivo

El impacto de las hectáreas inundadas no se limita al frente productivo. La imposibilidad de circular por los caminos rurales anegados complica la llegada de ambulancias, el transporte escolar y la provisión de insumos básicos. “La falta de transitabilidad genera un efecto social directo, afectando la vida de miles de familias rurales”, advirtió Carbap.

En los campos, el agua acumulada impide sacar la cosecha, trasladar la hacienda y sostener la operatoria básica, lo que amenaza con dejar sin ingresos a cientos de pequeños y medianos productores. “Es un escenario que compromete no solo al presente, sino también a la próxima campaña”, remarcaron.

Caminos Rurales, Córdoba

Reclamos de financiamiento y asistencia

Entre los pedidos más urgentes, los ruralistas reclaman financiamiento con tasas diferenciadas y razonables, ya que las actuales resultan “absolutamente inviables en este contexto de emergencia”. También solicitaron la puesta a disposición de maquinaria pesada —palas, camiones y retroexcavadoras— para recomponer caminos y limpiar canales.

El documento de Carbap incluye además un reclamo de alivio fiscal inmediato de ARCA, ARBA y los municipios, mediante la postergación o suspensión de impuestos y tasas. “Sin un gesto en materia impositiva, muchos productores no podrán sostenerse”, enfatizaron.

La obra del Río Salado en debate

Para la dirigencia rural, la cantidad de hectáreas inundadas expone la falta de obras estructurales. “No haber concluido en tiempo y forma el Plan Maestro del Río Salado, sumado a la falta de mantenimiento de los caminos rurales, agrava el impacto de las precipitaciones”, denunció Carbap.

hectáreas inundadas, inundaciones, ganadería

Sobre esta infraestructura, los productores remarcaron que, aunque no habría evitado las lluvias, sí hubiese permitido un drenaje más rápido y mitigado los daños, evitando que la emergencia se extendiera por semanas.

Un pedido de acción inmediata

El mensaje hacia las autoridades es claro: “actuar con responsabilidad y celeridad” para no profundizar una crisis que ya afecta a miles de familias bonaerenses. En este sentido, se reclama una acción coordinada entre Nación, Provincia y municipios, ya que la cantidad de hectáreas inundadas supera la capacidad de respuesta local.

La emergencia, remarcan los productores, vuelve a poner en evidencia la vulnerabilidad del sector agropecuario frente a fenómenos climáticos extremos y la urgencia de soluciones de largo plazo, que incluyan obras hidráulicas, planificación territorial y mecanismos de crédito accesibles.

Mientras tanto, con más de un millón de hectáreas inundadas, el campo bonaerense espera respuestas rápidas. La voz de los productores se multiplica con un reclamo unánime: sin ayuda inmediata y sin obras de fondo, la producción y la vida rural quedarán atrapadas en una crisis que amenaza su presente y su futuro.