El girasol gana terreno en la zona núcleo: crece la superficie por mejores márgenes

El girasol continúa consolidándose como un cultivo que gana superficie en la región núcleo y la campaña 2025 no será la excepción. Según las estimaciones, la intención de siembra de girasol aumentará en torno al 3% respecto al año anterior, impulsada principalmente por mejores márgenes brutos en comparación con cultivos competidores como la soja.
Buenas condiciones para la campaña
La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) destacó que, pese al crecimiento, el girasol sigue siendo un cultivo secundario dentro de la zona núcleo. No obstante, el contexto climático actual es favorable: la campaña presenta buenas reservas de agua y un año Neutral, un factor que tiende a mantener la estabilidad productiva sin saltos bruscos en la superficie cultivada.
De hecho, la región núcleo prácticamente alcanzó durante 2025 los promedios históricos de lluvias. En particular, el aporte inusual de precipitaciones durante julio es un dato alentador que marca el rumbo de la campaña gruesa y mejora las expectativas para los cultivos de invierno y de siembra temprana.

Girasol versus soja: números que convencen
La comparación entre girasol y soja, los dos cultivos principales que compiten por superficie en la región, revela ventajas claras para el girasol, especialmente en suelos con restricciones productivas.
Según el informe de la BCR, en años húmedos aumenta la presión de enfermedades en la soja, y si las lluvias coinciden con la floración, la actividad de los polinizadores se ve afectada, lo que puede reducir los rendimientos. Por el contrario, el girasol se muestra como una alternativa más estable en estas condiciones.
La última actualización de márgenes al 14 de agosto indica que el girasol en campo propio deja una renta neta de 212 dólares por hectárea, con rendimientos promedio de 22 quintales por hectárea, considerando además la bonificación por materia grasa. En caso de tratarse de campo alquilado, el margen disminuye a 31 dólares por hectárea, pero sigue siendo positivo y atractivo para productores que buscan resguardar la inversión y reducir riesgos.

En comparación, una soja sembrada en ambientes restrictivos, donde los rindes no superan los 30 quintales por hectárea, genera un margen neto de 180 dólares por hectárea en campo propio, pero pasa a terreno negativo cuando se siembra en campo alquilado, con una pérdida estimada de 9 dólares por hectárea una vez descontados impuestos y considerando un alquiler equivalente a 10 quintales por hectárea.
Una carta fuerte en la rotación
Estos números positivos explican el aumento en la intención de siembra de girasol para la campaña 2025, que según relevamientos crecerá hasta un 3% respecto al año anterior en la región núcleo.
“El girasol cuenta hoy con una carta fuerte, ya que sus números cierran mejor que los de su principal competidora, la soja, especialmente en suelos donde esta última no supera los 30 quintales por hectárea”, señala el informe de la Bolsa de Comercio de Rosario.
Además del aspecto económico, la incorporación de girasol aporta beneficios a la rotación, ayudando a diversificar el sistema productivo, mejorar el manejo de plagas y enfermedades, y contribuir a la salud del suelo.

Retos para la campaña 2025
A pesar de las buenas perspectivas, existen desafíos para la expansión del girasol. La presión de enfermedades, el manejo agronómico, la disponibilidad de semillas mejoradas y el acceso a insumos serán factores clave para que el aumento en la superficie prevista se concrete realmente. El acompañamiento técnico, la planificación y el monitoreo continuo serán esenciales para maximizar el potencial del cultivo y sostener su crecimiento en la región.
En conclusión, el girasol consolida su lugar en la rotación agrícola de la zona núcleo con una intención de siembra en aumento y un desempeño económico favorable. En un contexto climático positivo y con un margen bruto atractivo, se posiciona como una alternativa rentable para los productores, especialmente en aquellos ambientes donde la soja enfrenta limitaciones.
Este crecimiento moderado pero sostenido del girasol contribuye a la diversificación y sustentabilidad del sistema productivo, aportando herramientas para enfrentar los desafíos de la agricultura regional.