El girasol en expansión: crece en producción, molienda y exportaciones
El cultivo de girasol atraviesa uno de los momentos más dinámicos de las últimas décadas y no solo en superficie sembrada o volumen cosechado. La producción 2024/25 alcanzó las 5,5 millones de toneladas, un salto del 41% respecto del ciclo previo y el mayor registro desde la campaña 1999/00, cuando la oleaginosa había llegado a 6 millones de toneladas. Estos datos, difundidos por la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca (SAGYP), confirman que la oleaginosa volvió a posicionarse como uno de los cultivos estratégicos del país.
Este incremento se da en un contexto de fuerte recuperación del área implantada. La siembra proyectada para la campaña actual trepa a 2,8 millones de hectáreas, lo que representa un crecimiento del 16,7% en relación al ciclo anterior. Se trata, además, de la mayor superficie de girasol de los últimos 25 años, reflejando la confianza del sector en la oleaginosa y el atractivo que presenta frente a otras alternativas productivas.
Un crecimiento que se extiende a toda la cadena
El aumento del girasol no se limita al plano agrícola. Todos los indicadores agroindustriales vinculados al cultivo muestran una tendencia positiva, lo que revela una expansión integral del complejo girasolero. Desde la industria aseguraron que el interés renovado por la oleaginosa se sostiene en la competitividad del cultivo y en la demanda internacional de aceite y subproductos.
En este escenario, la SAGYP enfatizó que el boom del girasol no es circunstancial ni aislado, sino parte de un proceso más amplio. La cadena no solo produce más, sino que industrializa y exporta más, ampliando su presencia en el mercado global y fortaleciendo su perfil como cadena estratégica para las economías regionales.

Molienda récord: una señal del fuerte impulso industrial
Uno de los datos más relevantes del informe oficial es el salto de la actividad industrial. La molienda de girasol alcanzó en octubre las 448.259 toneladas, lo que significa un aumento del 34% respecto del mismo mes de 2023. Esta cifra confirma el ritmo acelerado con el que crecen las plantas procesadoras, que operan por encima de los niveles históricos.
Además, el volumen procesado quedó 138% por encima del promedio mensual de la última década, un indicador que refleja no solo la disponibilidad de materia prima, sino también la apuesta del sector privado por ampliar su capacidad y aprovechar el contexto favorable. Según Agricultura, este ritmo de molienda es clave para fortalecer la oferta exportable y generar más valor agregado dentro del país.

Exportaciones en expansión y mayor presencia global
El desempeño externo acompañó este impulso industrial. En octubre, las exportaciones de productos girasoleros totalizaron 243.084 toneladas, equivalentes a 156,9 millones de dólares. Estos números representan un crecimiento interanual del 33% en volumen y del 35% en términos de valor, consolidando al girasol como uno de los complejos exportadores que más crece.
Los envíos tuvieron como principales destinos a Países Bajos, India, Chile, Uruguay, Omán, Paraguay, Estados Unidos, México, Brasil y Colombia, mercados que en conjunto absorbieron más del 38% del total exportado. El incremento obedeció, principalmente, a la mayor venta de semillas y aceite, dos productos donde Argentina mantiene un rol destacado a nivel mundial.
Desde la SAGYP destacaron que la performance exportadora se vincula también con las políticas públicas recientes. La disminución de impuestos, la simplificación de normas y la apertura comercial aparecen entre los factores que, según la cartera agropecuaria, favorecieron el dinamismo del sector y facilitaron el trabajo de productores, industrias y exportadores.

Complejo en expansión y con perspectivas favorables
La combinación de mayor producción, actividad industrial en alza y exportaciones crecientes conforma un escenario inédito para el girasol. El cultivo consolida así un ciclo expansivo que atraviesa toda la cadena, desde el lote hasta los puertos, y que promete sostenerse en los próximos meses.
Con este panorama, el complejo girasolero reafirma su importancia en la matriz agroindustrial argentina y se posiciona como una alternativa sólida para productores y empresas en un contexto de recomposición del sector.
