El girasol sostiene la campaña en Santiago del Estero en medio de un escenario climático adverso
La campaña gruesa 2025/26 en Santiago del Estero avanza marcada por fuertes contrastes productivos. Mientras algunos cultivos muestran señales claras de estancamiento por la falta de lluvias y las altas temperaturas, el girasol emerge como el principal sostén del esquema agrícola provincial, aportando volumen y previsibilidad en un año complejo.
De acuerdo con el último informe de la Bolsa de Cereales de Córdoba, las condiciones climáticas siguen siendo el factor determinante del ritmo de la campaña. La escasa humedad en el perfil del suelo y el estrés térmico condicionan la implantación y el desarrollo de los principales cultivos estivales, generando un panorama de alta incertidumbre para los productores.
Una campaña condicionada por el clima
El avance general de la campaña en la provincia continúa siendo lento, especialmente en soja y maíz. Las elevadas temperaturas y la falta de precipitaciones oportunas limitaron las labores de siembra, retrasando decisiones clave y reduciendo las ventanas óptimas de implantación.
Este contexto obliga a los productores a extremar la cautela. La dependencia de lluvias en las próximas semanas será decisiva para definir el destino productivo de gran parte del área prevista, en un escenario donde los costos ya están comprometidos y los márgenes se ajustan cada vez más.

Girasol: el cultivo que marca la diferencia
En contraste con el resto de los cultivos, el girasol se consolida como el gran protagonista de la campaña en Santiago del Estero. La siembra, finalizada hacia fines de noviembre, permitió que el cultivo atraviese sus etapas críticas con mejores condiciones relativas, lo que hoy se refleja en el inicio de la cosecha.
Los rindes obtenidos se ubican por encima tanto de la campaña anterior como del promedio histórico. La producción estimada de girasol supera en alrededor de un 70% los registros habituales, impulsada principalmente por una mayor superficie implantada, que compensó las limitaciones climáticas del ciclo.
Sin embargo, el buen resultado productivo no está exento de dificultades. Se observa un deterioro progresivo del estado de los lotes, con un aumento de cuadros en condición regular o mala, producto del estrés hídrico y térmico acumulado. En el plano sanitario, se detectó presencia de roya negra, aunque sin impactos relevantes sobre el rendimiento final del girasol.

Maíz: avance mínimo y señales de alerta
El maíz continúa siendo uno de los cultivos más comprometidos de la campaña. El avance de siembra es muy reducido y prácticamente no mostró variaciones respecto del mes anterior, reflejando la cautela de los productores frente a un escenario poco favorable.
La falta de humedad en el suelo y las temperaturas extremas siguen siendo los principales obstáculos. En algunas zonas se registró la presencia de maíz guacho, aunque con baja incidencia general. Desde el punto de vista sanitario, la detección de chicharrita fue leve y, por el momento, no representa una amenaza significativa para el cultivo.
Soja: demoras, resiembras e incertidumbre
La soja transita una situación similar a la del maíz, con siembras muy ralentizadas y una fuerte dependencia de eventuales lluvias para poder completar la implantación. En varios sectores, la falta de humedad obligó a postergar decisiones productivas clave.

Además, se realizaron resiembras puntuales como consecuencia de daños por granizo, lo que incrementa los costos y suma presión sobre los márgenes. Si bien no se reporta una presencia significativa de plagas, el estado general del cultivo sigue condicionado por el déficit hídrico, lo que agrega incertidumbre sobre su evolución en el corto plazo.
Sorgo y perspectivas para lo que viene
El sorgo mostró un leve progreso, alcanzando cerca del 26% de la superficie prevista. No obstante, el avance se mantiene por debajo de los valores históricos para esta altura del año, replicando las dificultades que enfrentan el resto de los cultivos estivales.
En este contexto, el desempeño del girasol aporta previsibilidad y amortigua parte del riesgo productivo en la provincia. De cara a las próximas semanas, la evolución del régimen de lluvias será determinante para definir si soja, maíz y sorgo logran recuperarse o si el girasol termina siendo, una vez más, el gran sostén de la campaña en Santiago del Estero.
