La garrapata avanza en Entre Ríos y preocupa al sector ganadero

La garrapata bovina avanza desde el norte hacia el centro de Entre Ríos, generando alarma entre productores, organismos sanitarios y autoridades provinciales. Lo que antes era un problema concentrado en Corrientes y otras provincias del norte, ahora se extiende con fuerza hacia zonas que hasta hace pocos años estaban libres del parásito, poniendo en riesgo la producción ganadera y la salud del rodeo.
Actualmente, Entre Ríos registra 1.066 focos activos de garrapata, concentrados principalmente en los cinco departamentos del norte de la provincia. Este avance se da en un contexto de resistencia del parásito a la mayoría de los medicamentos disponibles, lo que hace que la lucha sea compleja y multifactorial, exigiendo un trabajo coordinado entre productores, Senasa y organismos provinciales.
Plan provincial y estrategias de control
Martin Sieber, director de Producción Animal de Entre Ríos, detalló que la provincia cuenta con un plan provincial más amplio que el nacional, con puestos de vigilancia en remates, ferias y caminos, donde se controla la circulación de la hacienda. “En otras provincias se revisa solo en origen mediante el FIDHA, lo que genera problemas porque nadie corrobora la llegada de los animales”, explicó en diálogo con Revista Chacra.
El funcionario remarcó que la lucha contra la garrapata es colectiva: “De nada sirve que un productor limpie su campo si el vecino no lo hace”. Además, señaló factores que favorecen la expansión del parásito: alambrados en mal estado, animales que se trasladan sin control durante sequías e incendios y la falta de tratamientos aplicados en tiempo y forma.

Impacto económico y presión sobre los productores
El avance de la garrapata no solo afecta la salud de los animales, provocando pérdida de sangre, peso y transmisión de enfermedades graves, sino que también genera altos costos en tratamientos y acaricidas. Según especialistas, los productores del norte de Entre Ríos enfrentan gastos más elevados que los de la Pampa Húmeda, donde los rodeos son más grandes y estandarizados. En explotaciones pequeñas, esto puede significar una pérdida significativa de rentabilidad.
Nicasio Tito, presidente de la Federación de Asociaciones Rurales de Entre Ríos (FARER), señaló que los departamentos más afectados son Federación, Federal, Feliciano y La Paz, debido a su cercanía con Corrientes. “Si no tomamos medidas urgentes, en menos de cinco años, vamos a tener la garrapata en el Obelisco”, advirtió, subrayando la necesidad de un trabajo conjunto entre productores, Senasa y fundaciones privadas.
La problemática tiene origen en provincias del norte como Corrientes, donde muchos sectores abandonaron la lucha contra la garrapata, permitiendo su avance hacia Entre Ríos. La flexibilidad en los movimientos de hacienda durante sequías e incendios también facilitó la dispersión del parásito. “El problema es multifactorial y requiere compromiso de todos los actores involucrados”, insistió Sieber.

Paraguay y Brasil: un desafío regional
El avance de la garrapata no se limita a Argentina. En Paraguay, el 90% del territorio ganadero está afectado, reduciendo productividad y causando muertes en casos graves. Programas de manejo diferenciado buscan controlar la expansión, mientras que en Brasil se desarrollan vacunas y campañas de concienciación para prevenir enfermedades transmitidas por el parásito.
En ambos países, el control requiere coordinación entre autoridades y productores. La experiencia regional demuestra que la garrapata puede causar pérdidas millonarias, afectando tanto la producción de carne como de leche, y que el manejo preventivo y sanitario es fundamental para garantizar la rentabilidad del sector.
La garrapata bovina representa hoy una amenaza seria para la ganadería de Entre Ríos y la región, y su avance evidencia la necesidad de planes articulados a nivel provincial, nacional y regional. Solo a través del control coordinado, el tratamiento adecuado y la colaboración entre productores, organismos sanitarios y fundaciones privadas será posible limitar el impacto de este parásito y proteger la producción ganadera en el futuro.