Ganadería: la producción de tambos en Argentina creció un 12% en el primer semestre

La producción de ganadería en tambos en Argentina atraviesa un ciclo de crecimiento sostenido, respaldado no solo por una mayor producción, sino también por la recuperación del rodeo y un avance tecnológico sin precedentes. Según el último informe de la Dirección Nacional de Lechería, elaborado a partir de datos del INDEC, la producción nacional de leche entre enero y junio de 2025 registró un incremento del 12% respecto al mismo período del año anterior.
El dato confirma una tendencia positiva que se viene consolidando desde fines de 2024 y que impacta en toda la cadena láctea, desde los tambos hasta la industria procesadora. Este repunte, explican desde la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, se apoya en varios factores: mejores condiciones climáticas, una mejora en la alimentación del ganado, la recuperación del stock de vacas y, especialmente, la incorporación de tecnología en los establecimientos.
Más vacas, más producción, más ganadería
En paralelo al aumento de la producción, el stock de vacas lecheras también mostró una evolución favorable. De acuerdo con los tableros dinámicos del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), el rodeo lechero creció un 5,3% en comparación con 2024. Este aumento, señalan los especialistas, es clave para garantizar la sustentabilidad del crecimiento productivo a mediano y largo plazo, ya que amplía la base sobre la cual se sustenta la oferta de leche cruda.
El incremento del rodeo se da luego de varios años en los que las dificultades económicas, la sequía y los altos costos de alimentación habían obligado a muchos productores a reducir sus planteles. La recuperación de la cantidad de vacas en ordeñe no solo responde a una mejora en las condiciones productivas, sino también a un renovado optimismo en el sector, que ve oportunidades de rentabilidad en un contexto de mayor estabilidad de precios y costos.

Revolución tecnológica en los tambos
Más allá de la recuperación del rodeo, uno de los puntos más destacados del informe oficial es el salto tecnológico que está experimentando la lechería argentina. El uso de robots ordeñadores, que en 2023 alcanzaba a 370 equipos instalados, ya supera las 550 unidades en funcionamiento en 2025. Esta expansión de la ordeñe robotizada no solo agiliza el proceso productivo, sino que también mejora el bienestar animal, al permitir que las vacas elijan el momento de ser ordeñadas y reducir el estrés asociado a rutinas fijas.
Otro avance significativo se observa en la instalación de rotativos o “calesitas” de ordeñe, sistemas diseñados para manejar grandes rodeos de manera eficiente. En apenas dos años, la cantidad de estas estructuras se duplicó, alcanzando las 40 instalaciones en todo el país. Estas herramientas, explican desde la cartera agropecuaria, permiten optimizar tiempos, reducir mano de obra intensiva y mejorar la calidad del ordeñe.

Cambio de paradigma
El conjunto de estos avances refleja un cambio de paradigma en la producción láctea argentina. “Estamos frente a una expansión tecnológica sin precedentes, acompañada por un crecimiento sostenido en los principales indicadores productivos”, destacaron desde la Secretaría de Agricultura.
La incorporación de tecnología, sumada a una mejora en las condiciones productivas y a una mayor inversión en genética y sanidad animal, ha permitido que la lechería nacional no solo recupere niveles de producción, sino que se posicione de manera más competitiva frente a los desafíos del mercado interno y las oportunidades de exportación.

El desafío hacia adelante, advierten los especialistas, será sostener esta tendencia positiva en un contexto que todavía presenta incertidumbres económicas y climáticas. La apuesta pasa por seguir promoviendo la adopción de tecnología, mejorar la infraestructura rural y garantizar políticas estables que permitan planificar inversiones a largo plazo.
Con un 2025 que ya muestra señales claras de recuperación, la lechería argentina se encamina a cerrar el año con uno de los mejores desempeños de la última década, respaldada por más vacas, más litros y más tecnología en cada tambo.