La suba de tasas complica el repunte de la ganadería argentina

El repunte que la ganadería argentina venía mostrando en distintos indicadores productivos y de mercado comienza a encontrar un freno en el frente financiero, producto del aumento de las tasas de interés. El endeudamiento de las empresas del sector casi se duplicó en un año, y el encarecimiento del crédito en pesos y dólares amenaza con condicionar la recuperación.
Un informe elaborado por el Rosgan de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) puso en números esta situación: el stock de préstamos bancarios a criadores de ganado bovino —excepto cabañas— alcanzaba al 30 de junio un equivalente a USD 1.048 millones, lo que representa un 23% más que en diciembre y casi el doble que en junio de 2024, cuando se ubicaba en USD 564 millones.
Endeudamiento en dólares
El crecimiento del pasivo estuvo fuertemente concentrado en el financiamiento en moneda extranjera. En un año, los créditos en dólares pasaron de USD 126 millones a USD 307 millones, un salto del 144%. Con ello, la participación de los préstamos dolarizados dentro del total subió del 22% al 29%.
La razón principal de este fenómeno estuvo en la estabilidad cambiaria y la baja de las tasas en dólares, que descendieron de un rango del 10–15% anual a un solo dígito, lo que alentó a los productores a endeudarse en esa moneda.

No obstante, este tipo de operaciones implica un riesgo adicional, ya que cualquier modificación en el tipo de cambio podría encarecer abruptamente los compromisos asumidos.
Los préstamos en pesos siguen siendo mayoría
A pesar de este aumento, los créditos en pesos continúan siendo la principal fuente de financiamiento: representan alrededor del 80% del total. A junio, el saldo en moneda local equivalía a USD 741 millones, con un incremento interanual del 69%.
Pero el problema no radica únicamente en el volumen de deuda, sino en su costo creciente. Según datos del BCRA, la tasas promedio para el sector ganadero alcanzó el 47% anual en pesos, es decir, diez puntos más que hace un año.

La reciente suba de tasas derivada del desarme de las Lefis profundizó todavía más esa tendencia, generando un escenario en el que tomar nuevo crédito se vuelve cada vez más difícil para los productores.
El impacto en las PyMEs
El encarecimiento del financiamiento producto del aumento de tasas afecta de manera directa a la operatoria diaria de las PyMEs ganaderas. Herramientas habituales como las tarjetas de crédito, el descuento de cheques o los adelantos en cuenta corriente se encarecieron, lo que limita la liquidez de las empresas y restringe su margen de maniobra.
En este contexto, los créditos de inversión de largo plazo pierden atractivo, ya que la carga financiera producto de las tasas de interés supera los beneficios esperados. La consecuencia es que muchos proyectos de expansión, mejora tecnológica o incorporación de infraestructura se ven postergados hasta que el panorama se aclare.

Un freno a la recuperación
La ganadería venía exhibiendo señales positivas, con una recomposición de stock bovino, mejoras en los precios de exportación y un repunte en los márgenes de rentabilidad. Sin embargo, la suba de tasas introduce un factor de incertidumbre que amenaza con frenar esa dinámica.
“Basándonos en las estadísticas del BCRA, se observa un incremento marcado en el nivel de endeudamiento de las empresas del sector, acompañado por un aumento en el costo del crédito”, advierte el informe del Rosgan.
De esta manera, aunque los fundamentos productivos son favorables, el frente financiero marcado por el aumento de las tasas de interés podría convertirse en el principal condicionante para la recuperación sostenida.

Perspectivas hacia adelante
La evolución de las tasas de interés se convierte en una variable clave para el futuro inmediato del sector. Si se mantiene la tendencia alcista, muchas empresas se verán obligadas a reducir su exposición financiera y priorizar el capital propio, lo que limitará el crecimiento.
En cambio, una estabilización de los costos financieros permitiría consolidar el repunte y aprovechar las oportunidades que ofrece la demanda internacional de carne.
Por lo pronto, la ganadería argentina transita una paradoja: mientras la actividad muestra signos de recuperación en lo productivo, el frente financiero amenaza con restarle dinamismo a las decisiones empresariales y con frenar el proceso de expansión que el sector necesita para consolidarse en el mediano plazo.