Ganadería: Senasa oficializó la implementación de la caravana electrónica para 2026


A partir del 1° de enero de 2026, la ganadería argentina ingresará en una nueva era tecnológica con la implementación del Sistema Nacional de Identificación Electrónica de Animales. La medida, oficializada por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) a través de la Resolución publicada en el Boletín Oficial, establece que cada ternero o ternera, así como animales bubalinos y cérvidos criados con fines comerciales, deberá contar con un dispositivo electrónico que permitirá seguir su trayectoria desde el nacimiento hasta la faena.

Qué implica para la ganadería

El sistema para la ganadería, conocido como trazabilidad electrónica, combina un “binomio” compuesto por un dispositivo electrónico —ya sea un botón RFID, un bolo ruminal o un transpondedor inyectable— y una tarjeta visual que identifica de manera única e intransferible al animal. Según el Senasa, la norma establece que ningún ejemplar podrá ser movilizado ni permanecer en el establecimiento de origen tras el destete sin contar con esta identificación oficial.

La resolución detalla con precisión cómo deben aplicarse los dispositivos. En el caso del binomio botón RFID y tarjeta visual, el botón se coloca en la cara interna de la oreja derecha y la tarjeta en la oreja izquierda, procurando ubicar ambos elementos sobre las nervaduras principales cerca de la cabeza. Para los transpondedores inyectables, la aplicación es bajo el cartílago de la oreja derecha, mientras que el bolo ruminal se deposita en el retículo-rumen mediante un aplicador específico. En todos los casos, la tarjeta debe quedar visible para su lectura y no puede ser cubierta por ningún objeto.

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La identificación es individual, única y permanente. Corresponde al productor del establecimiento de nacimiento la responsabilidad de colocar los dispositivos antes del primer movimiento del animal en ganadería. Además, una vez aplicada, la identificación debe registrarse ante el Senasa en un plazo máximo de diez días hábiles. Esto puede hacerse de forma presencial en la oficina local, mediante autogestión en el SIGSA o a través de la aplicación móvil oficial “SIGBIOTRAZA”. Cada dispositivo debe asociarse al sexo, raza y fecha de nacimiento del animal, asegurando así la completa trazabilidad.

El sistema también establece protocolos claros para situaciones como la muerte o pérdida del dispositivo. En caso de fallecimiento, los responsables del establecimiento o evento deben registrar la baja del animal y su dispositivo en el SIGSA. Si un dispositivo se pierde o se deteriora, el animal debe ser reidentificado con un nuevo binomio, manteniendo su condición de trazable.

El Senasa mantiene el reconocimiento de los sistemas de identificación y registros de la Sociedad Rural Argentina y de las asociaciones de criadores de razas bovinas y bubalinas, permitiendo que los animales de ganadería registrados en estos controles sean identificados con tarjetas y dispositivos electrónicos según los criterios de cada entidad. No obstante, aquellos animales que no estén bajo estos registros deberán cumplir estrictamente con la resolución nacional.

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La normativa también regula el movimiento de los animales, que debe estar amparado por el Documento de Tránsito electrónico (DT-e). El productor de origen debe declarar los dispositivos aplicados y asociarlos a la Tarjeta de Registro Individual de Tropa (TRI), mientras que el productor receptor debe confirmar la recepción de los animales y sus dispositivos al cierre del DT-e. Estas obligaciones se extienden a ferias, remates y frigoríficos, que deben garantizar la correcta lectura, registro y recuperación de los dispositivos, así como su desactivación y destrucción en el caso de faena.

El incumplimiento de estas normas puede derivar en sanciones administrativas. Entre los casos contemplados se incluyen la falta de identificación, errores en los registros, retrasos en la notificación de nacimientos, muertes o movimientos, así como irregularidades en la recuperación o destrucción de dispositivos en plantas faenadoras.

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Con esta medida, Argentina busca avanzar hacia un sistema de trazabilidad moderno y eficiente, que permita garantizar la seguridad sanitaria, mejorar la gestión de los establecimientos y ofrecer mayor transparencia en la cadena productiva. La incorporación de la tecnología RFID y de registros electrónicos promete transformar la manera en que se controla y gestiona la ganadería, desde el nacimiento de los animales hasta la comercialización y faena, asegurando una trazabilidad completa y confiable para todo el sector.