La ganadería sostiene la caja en tiempos de baja renta
Como nunca antes, la ganadería se convirtió en un factor clave para sostener la economía del campo argentino. Según el informe de Zorraquin + Meneses difundido por AgrofyNews, el negocio ganadero está impulsando la caja y generando liquidez en empresas agrícolas que enfrentan márgenes cada vez más ajustados, en un contexto de exceso hídrico, incertidumbre política y rentabilidad comprometida.
Agua en exceso y complicaciones productivas
Los analistas remarcan que las empresas agropecuarias están enfocadas en el agua. “En las zonas inundadas se pierden cultivos, se siembra la gruesa retaceando lotes y se cambian cultivos con la esperanza de que las aguas bajen o los suelos se sequen”, detallan. En ese escenario, el manejo de la hacienda se complica por la reducción de superficie útil y el aumento de costos de mantenimiento.
Los pronósticos climáticos no anticipan sequía, pero el verano será decisivo para confirmar si llega la recuperación. En las zonas más afectadas, el agua tardará en retirarse, lo que golpea a empresas que ven caer sus ingresos presentes y futuros y deben afrontar gastos crecientes para mantener la estructura operativa.

Dos realidades: exceso y bonanza
En contraste, en las regiones donde las lluvias no generaron daños, las mayores precipitaciones favorecen la productividad. Los especialistas hablan de una muy buena campaña fina y buenas condiciones para la siembra de la gruesa, lo que alimenta expectativas positivas entre los productores con mejores condiciones financieras.
Por otra parte, muchas firmas se encuentran en un “modo electoral”, evitando decisiones fuertes hasta tener mayor certidumbre. “Se vendió y se compró solo lo necesario, esperando los resultados políticos”, señala el informe. En cambio, las empresas con mayor estrés financiero enfrentaron dificultades por las tasas más altas y la menor disponibilidad de crédito durante el último mes.
La ganadería sostiene la caja
“Como nunca, la ganadería empuja la caja dando liquidez a esquemas agrícolas de baja renta”, destacan desde Zorraquin + Meneses. Según los analistas, la mayoría de las empresas agrícolas muestran baja rentabilidad, mientras el mercado espera definiciones económicas que permitan ordenar la situación. “La espera terminó”, concluyen.

En el plano agrícola, advierten sobre niveles bajos de cobertura y ventas físicas, lo que podría derivar en problemas logísticos en plena cosecha. Si además el productor necesita liquidez hacia fin de año, los precios podrían caer significativamente a cosecha. Por eso, recomiendan asegurar precios con coberturas altas ante posibles caídas del mercado.
La ganadería, ¿un refugio para invertir?
Desde Zorraquin + Meneses afirman que hoy la ganadería es un buen lugar para invertir, especialmente en sistemas mixtos. Aunque en los últimos años la agricultura fue más rentable, la ganadería muestra mayor resiliencia frente a cambios de precios o rendimientos agrícolas, una ventaja clave en el actual contexto económico.
Sin embargo, el stock ganadero argentino permanece estancado o levemente en baja, con entre 51 y 52 millones de cabezas. Las causas son varias: falta de crédito de largo plazo, historial de restricciones al negocio, baja rentabilidad frente a la agricultura o la lechería, y escasez de mano de obra calificada. Este año se prevé una faena de 13,8 millones de cabezas, cuando el equilibrio debería ser menor a 13,5 millones.

Un mercado global que presiona y entusiasma
En el mercado interno, el consumo ronda los 50 kilos por habitante al año, un nivel estable pero con menor poder adquisitivo del consumidor. A la vez, la demanda mundial de carne sigue en alza, con China como principal destino en volumen, Europa como comprador de calidad y Estados Unidos ampliando su cupo de importaciones argentinas en 60.000 toneladas sin arancel, tras un anuncio del presidente Trump.
“Esto alimenta las expectativas de la ganadería”, señalan los consultores, aunque aclaran que, si la oferta no crece, podría reducirse la disponibilidad para el mercado interno. Para ampliar la producción, el desafío será aumentar la cría, el eslabón más lento y de menor rentabilidad histórica dentro de la cadena ganadera.
