Ganadería: Mendoza impulsa la conectividad rural e instalarán 300 antenas satelitales
En un paso clave hacia la transformación digital del agro y la ganadería, Mendoza lanzó un ambicioso plan para mejorar la conectividad en zonas rurales ganaderas. A través de una articulación entre la Fundación Coprosamen, el Clúster Ganadero de Mendoza y el Gobierno provincial, se están instalando 300 antenas satelitales Starlink en distintos puntos del secano mendocino. La iniciativa busca reducir la brecha digital, fomentar el arraigo rural y modernizar la gestión productiva en regiones históricamente postergadas en materia de infraestructura tecnológica.
La medida no solo responde a una demanda largamente sostenida por los productores, sino que se inscribe dentro de una política pública más amplia de modernización del agro en la provincia. En un contexto donde la digitalización se vuelve una herramienta estratégica, tener acceso a internet ya no es un lujo, sino una necesidad básica para trabajar, educar y vivir en el campo.
Conectividad para transformar la ganadería
La ejecución del programa comenzó este mes y prioriza a productores con residencia permanente en el campo, aquellos que cuentan con personal estable y, en una tercera etapa, al resto del universo ganadero del secano. Las zonas beneficiadas abarcan Lavalle, La Paz, Santa Rosa, San Carlos y Malargüe, donde la comunicación hasta ahora dependía exclusivamente de radios VHF.
“Uno de los problemas más urgentes que teníamos en el campo era la falta de conectividad. Con esta tecnología, accedemos a una solución que antes era impensada”, destacó Eduardo López, presidente del Clúster Ganadero de Mendoza.
Las antenas Starlink permiten acceder a internet de alta velocidad incluso en los parajes más aislados, lo que no solo mejora la calidad de vida, sino que facilita el acceso a plataformas de gestión sanitaria, guías digitales, alertas meteorológicas y mercados online. Además, permite garantizar la educación virtual para los hijos de los puesteros, evitando la migración de las familias a centros urbanos por falta de servicios básicos.
Tecnología accesible con financiamiento
El programa contempla una estrategia de financiamiento accesible para los productores. Cada antena tiene un costo de $200.000, pero podrá abonarse mediante un fondo rotatorio con dos opciones de pago:
- 15 cuotas de $13.500
- 20 cuotas de $10.000 (para productores asociados a entidades con personería jurídica)
El abono mensual del servicio corre por cuenta del productor, aunque el sistema permite bloquear el acceso remoto en caso de incumplimiento, garantizando la sostenibilidad financiera del plan. También se prevé capacitación, asistencia técnica y soporte post-instalación, asegurando que los usuarios puedan aprovechar plenamente la nueva tecnología.
“Queremos que los chicos puedan estudiar sin dejar el campo. Queremos que las familias puedan estar conectadas sin abandonar su lugar de vida. Y queremos que los productores gestionen su actividad con herramientas del siglo XXI”, expresó Marcos Gianoncelli, presidente de Coprosamen.
Un modelo de arraigo productivo y tecnológico
Esta acción forma parte de un enfoque más amplio del Gobierno de Mendoza, que busca mejorar las condiciones productivas del agro con una mirada integral. A la conectividad se suman inversiones en acueductos ganaderos, caminos rurales, energías renovables y estrategias de gestión sanitaria, lo que configura un modelo de desarrollo con base en la tecnología, el arraigo y la sostenibilidad.
Mendoza se convierte así en una de las primeras provincias argentinas en implementar un programa de conectividad satelital masiva en zonas rurales, marcando un precedente para otras regiones del país.
El caso recuerda a lo que ocurre en Córdoba, donde se ejecuta un plan similar para dotar con internet de 300 megas a 860 escuelas rurales. Pero lo de Mendoza va más allá del ámbito educativo y apunta directamente a fortalecer la matriz productiva ganadera y sostener el entramado social del campo.
Conectividad como herramienta de futuro
“No se trata solo de internet. Se trata de que el campo tenga futuro, de que las nuevas generaciones no tengan que elegir entre conectividad y tradición. Ahora pueden tener ambas”, resumió Gianoncelli.
La instalación de estas 300 antenas no es solo un avance técnico. Es también una declaración política sobre el derecho a la conectividad como herramienta de inclusión, desarrollo y equidad territorial. En tiempos donde la tecnología suele profundizar desigualdades, este tipo de políticas públicas apuntan a revertir esa lógica y construir un agro más inteligente, justo y conectado.
