Ganadería: cómo se comportó el margen del feedlot en julio 2025

La rentabilidad del engorde a corral en la ganadería volvió a resentirse en julio. Según el relevamiento mensual de la Cámara Argentina de Feedlot (CAF), el margen bruto del sector se redujo a solo 2 kilos por cabeza, muy por debajo de los 10-15 kilos registrados en mayo y junio, y lejísimos del eje de 30 kilos observado entre febrero y abril.
Las causas principales fueron las peores relaciones de precios tanto entre el ternero y el novillo como entre el novillo y el maíz, dos indicadores clave que determinan el costo de producción y el retorno económico del encierre.
En julio, la relación ternero/novillo se ubicó en 1,25, lo que implica un deterioro del 5% interanual para el negocio de engorde. Esto significa que el precio del ternero de reposición se encareció en relación con el novillo gordo, reduciendo el margen de ganancia.
Por su parte, la relación novillo/maíz fue de 12,3, tres puntos porcentuales peor que en julio de 2024. Este indicador refleja cuántos kilos de maíz puede comprar un productor con el valor de un kilo de novillo, y su baja implica un mayor costo de alimentación.

Capacidad y dinámica de los corrales
El informe de la CAF, elaborado con respuestas de 115 establecimientos que suman una capacidad conjunta de 880.000 cabezas, muestra que el índice de reposición (ingresos sobre egresos) fue de 0,93, casi igual al 0,94 de un año atrás.
El índice de ingreso (entradas sobre capacidad) fue de 14,1%, apenas por debajo del 14,3% de julio pasado, mientras que el índice de egreso (salidas sobre capacidad) fue de 15,2%, prácticamente igual al 15,3% de hace doce meses.
En cuanto al comportamiento de los corrales, el 44% de los feedlots estuvo en proceso de llenado en julio, cinco puntos menos que en 2024, mientras que el 51% estuvo vaciando corrales, cuatro puntos más en la comparación interanual.

Una caída, pero mejor que en la ganadería 2024
A pesar del magro resultado de este julio, el margen bruto fue superior al de un año atrás, cuando la ecuación productiva arrojaba 20 kilos negativos por cabeza. Sin embargo, la mejora respecto a 2024 no alcanza para disimular el retroceso frente a los niveles de rentabilidad de la primera mitad de este año.
El escenario plantea un desafío para los engordadores: sostener la actividad en un contexto de costos crecientes y precios de venta que no acompañan en la misma proporción, en un año marcado por la volatilidad del maíz y la presión sobre el valor del ternero de reposición.