Ganadería: la raza miniatura que es sensación y puede valer hasta 25.000 dólares


En el universo digital donde la ternura y lo inusual capturan la atención de millones, un nuevo fenómeno de ganadería ha ganado terreno con fuerza: los “terneros miniatura”, una raza bovina conocida como Fluffy, que se ha convertido en tendencia no solo por su singular estética, sino también por su creciente popularidad como mascota exótica en Estados Unidos. Con precios que oscilan entre los 7.500 y los 25.000 dólares, estos animales conquistan tanto a fanáticos de la vida rural como a curiosos de las redes sociales.

La granja Fluffy Feather Farm, ubicada cerca de la localidad de Harvard, en el estado de Illinois, es hoy el epicentro de esta moda. En un predio de poco más de 24 hectáreas, esta granja familiar comenzó a criar bovinos de la raza Fluffy en 2022 y desde entonces ha ganado notoriedad por combinar producción ganadera con presencia digital, marketing atractivo y una propuesta que reconfigura el concepto tradicional de “animal de granja”.

Origen y características de la raza Fluffy

La raza Fluffy de la ganadería es una versión miniatura del ganado Highland Cattle, originario de las Tierras Altas de Escocia. Esta antigua raza —con registros que datan del siglo VI— es reconocida por su pelaje largo y lanudo, sus grandes cuernos y su notable resistencia a climas fríos y adversos. En el caso de la variante miniatura, el objetivo fue mantener la estética y el temperamento amigable, pero en un tamaño más compacto, ideal para quienes desean tener un bovino como mascota o para pequeñas granjas.

Aunque conservan las características más distintivas de sus antecesores escoceses en ganadería, los Fluffy han sido mejorados genéticamente para adaptarse a entornos más domésticos, lo que incluye una docilidad sobresaliente. Son animales tranquilos, fáciles de manejar y muy fotogénicos, lo que explica su creciente presencia en TikTok, Instagram y otras plataformas donde se los puede ver siendo acariciados, peinados o posando como si fueran modelos de una pasarela rural.

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¿Una granja de ganadería pensada para las redes?

Lejos de ser una explotación convencional para la ganadería, Fluffy Feather Farm se presenta como un proyecto que une agroturismo, cría responsable y estética rural contemporánea. “Además de estos amigables y esponjosos ‘cachorros de pastoreo’, criamos burros miniatura, gallinas, patos, cabras y una variedad de productos frescos”, explican sus propietarios en su sitio web oficial (fluffyfeatherfarm.com).

En esa plataforma, además de encontrar fotos y descripciones detalladas de cada uno de los terneros disponibles, los visitantes pueden consultar los precios y condiciones de adopción. Los valores varían según el color, el sexo, la genética y el nivel de domesticación, y pueden alcanzar cifras que superan los USD 25.000 por ejemplar, en un mercado cada vez más interesado en mascotas exóticas y de alto valor emocional.

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¿Mascotas de lujo o animales de granja?

El auge de los terneros Fluffy en la ganadería plantea un interrogante: ¿se trata de una moda pasajera o de una tendencia que llegó para quedarse? Mientras algunos cuestionan la humanización de animales tradicionalmente productivos, otros ven en esta práctica una forma innovadora de acercar el campo a la ciudad y fomentar la conexión con la naturaleza. Lo cierto es que estos “peluches vivientes” despiertan fascinación y abren nuevas posibilidades para el mundo agropecuario y de las mascotas.

Además, su mantenimiento resulta relativamente sencillo comparado con el de otras razas bovinas. Por su tamaño reducido, requieren menos espacio y alimentación, y no presentan mayores dificultades para convivir con personas y otros animales domésticos. Muchos de los compradores provienen de familias con niños, granjas educativas o emprendimientos turísticos.

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Un fenómeno que cruza fronteras de la ganadería

Aunque por ahora su comercialización se concentra en Estados Unidos, el fenómeno Fluffy no ha pasado desapercibido en otros países. Videos virales y publicaciones con miles de “likes” han despertado el interés de criadores y amantes de los animales en Europa, Asia y América Latina. No sería extraño que, en un futuro cercano, estos terneros miniatura comiencen a aparecer en ferias rurales de otras latitudes.

En tiempos donde las redes sociales influyen en las decisiones de consumo y el vínculo con los animales toma nuevas formas, los Fluffy representan algo más que una curiosidad: son el resultado de una combinación entre tradición ganadera, estética pop y la búsqueda de nuevas experiencias afectivas. Con su pelaje suave, mirada serena y tamaño ideal, estos terneros parecen haber nacido no solo para pastar, sino para conquistar el corazón —y los feeds— del mundo.