Ganadería: el INTA lanza dos nuevas variedades de pasto Nilo para la producción


En un contexto de la ganadería marcado por los desafíos que imponen los suelos anegables, las sequías prolongadas y las crecientes demandas de productividad, el INTA Corrientes presentó dos nuevas variedades de pasto Nilo (Acroceras macrum): Porãve INTA y Tuguy Hovy INTA. Se trata de dos cultivares desarrollados a lo largo de más de una década de trabajo, que ya están inscriptos en el INASE y prometen mejorar sustancialmente la oferta forrajera para los sistemas ganaderos del noreste argentino.

Estas nuevas líneas se destacan por su adaptabilidad a condiciones climáticas extremas, su buena producción de biomasa y una alta calidad nutricional, características clave para reforzar la resiliencia de los planteos productivos en ambientes complicados.

Alta resistencia para la ganadería y rendimiento en suelos difíciles

El pasto Nilo es una gramínea originaria de África, introducida en Argentina entre los años 1980 y 1990, que demostró una gran persistencia en ambientes con drenaje deficiente, como los que predominan en el NEA. Sin embargo, su adopción en los campos fue hasta ahora limitada debido a la escasez de semillas comerciales.

“Esta especie demostró persistencia durante más de veinte años en los potreros del INTA Corrientes, pero la falta de semilla comercial sigue siendo una limitante importante”, explicó la investigadora Silvana Consuelo Ferrari Usandizaga, responsable del proyecto de mejoramiento.

Con el objetivo de superar esta barrera, el equipo técnico del INTA realizó un trabajo intensivo de caracterización genética, cruzamientos y selección que derivó en el desarrollo de estas dos nuevas variedades clonales, con perfiles complementarios y pensadas para distintos usos ganaderos.

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Características de Porãve INTA y Tuguy Hovy INTA

Porãve INTA, que en guaraní significa “el mejor”, se caracteriza por su porte rastrero, ideal para conservar la humedad del suelo, prevenir la erosión y cubrir bien el terreno. Ha mostrado una destacada capacidad de producción de materia seca y tolerancia a suelos moderadamente salinos, como los que predominan en muchas zonas del Chaco.

Por su parte, Tuguy Hovy INTA (“sangre azul” en guaraní) tiene un porte erecto, hojas más rígidas y una alta resistencia al pisoteo, lo que lo hace adecuado para sistemas ganaderos intensivos. Su longevidad foliar y su resistencia a las heladas también le otorgan un gran potencial como forraje diferido, ideal para afrontar períodos de escasez.

“Esta línea ha mostrado tolerancia a sequías de más de tres meses, un aspecto clave en regiones donde la estacionalidad de las lluvias provoca alternancia entre suelos encharcados y períodos secos”, detalló Ferrari Usandizaga.

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De Sudáfrica al NEA: más de diez años de trabajo

El programa de mejoramiento para la ganadería se inició con la introducción de 27 líneas desde Sudáfrica, provenientes del Agricultural Research Council (ARC), que luego sirvieron como base para más de 170 líneas experimentales evaluadas en campo. A lo largo del proceso, también se realizaron estudios moleculares y ensayos de rendimiento bajo distintas condiciones climáticas.

En ensayos de campo, se observaron producciones de materia seca entre 1.500 y 8.000 kg/ha en situaciones adversas, y valores superiores a 15.000 o incluso 20.000 kg/ha en años favorables y bajo buen manejo.

“No buscamos reemplazar a otras especies forrajeras, como el Cedara Select, sino ampliar el abanico de opciones para los productores del NEA”, aclaró la investigadora.

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Más herramientas para la ganadería regional

Estas dos nuevas variedades se suman a los desarrollos que el INTA viene impulsando para acompañar la transformación productiva de la ganadería en regiones de alta vulnerabilidad climática. Porãve INTA y Tuguy Hovy INTA constituyen opciones estratégicas para mejorar la oferta forrajera en zonas marginales, donde el acceso a pasturas de calidad marca la diferencia en la eficiencia productiva.

“Nuestro objetivo es brindar materiales forrajeros adaptados, de buena calidad y que permitan sostener la producción ganadera en distintas condiciones ambientales”, concluyó Ferrari Usandizaga.

Con esta apuesta por la innovación, el INTA reafirma su compromiso con la generación de tecnologías útiles, accesibles y pensadas para los territorios. En un NEA que busca consolidar su perfil en ganadería, contar con forrajes como Porãve INTA y Tuguy Hovy INTA puede ser la llave para lograr una ganadería más resiliente y competitiva.